Grupos ecologistas acusan a la CE de poner en riesgo regiones de España, Grecia y Portugal
Más de sesenta grupos ecologistas europeos se han unido para luchar contra lo que consideran una fuerte contradicción de la CE: mientras por un lado promulga directivas de fuerte contenido conservacionista, por otro está financiando la destrucción de las zonas mejor conservadas a través de los fondos estructurales para el desarrollo de las regiones más desfavorecidas. Entre 1989 y 1992, dos billones de pesetas anuales han ido a parar a carreteras, embalses, repoblaciones forestales, regadíos y concentración parcelaria que han afectado especialmente a España, Portugal y Grecia. Los ecologistas piden una reforma urgente en la asignación de los fondos, o, al menos, una inspección de su impacto ambiental.
Un portavoz de la Asociación para la Defensa de la Naturaleza (Adena), sección española del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF), resume la denuncia así: "Es una, barbaridad dar tanto dinero a gente que no tiene ni idea. Es una fuerte contradicción de la política comunitaria".Miguel Ángel Ortega, de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (Coda), compuesta por 160 grupos, señala que donde más daño se ha hecho y se está haciendo en España es en Extremadura, Castilla-La Mancha y la parte occidental de Andalucía, "precisamente las zonas donde mejor se conserva la vegetación típicamente mediterránea y las joyas de la fauna ibérica: lince, cigüeña negra y águila imperial". Sobre las exigencias de llevar a cabo estudios de impacto ambiental antes de acometer obras de cierta envergadura, Ortega explica que las cosas no están tan claras, "son ambiguas". "En teoría", dice, "se ha de respetar la legislación medioambiental europea, pero en la práctica se deja un amplio margen al arbitrio de los Estados miembros". Como gran traba, reconoce las grandes deficiencias de la inspección comunitaria: "Si apenas pueden realizar una inspección financiera, vigilar que el dinero sea invertido en lo que realmente se ha dicho, en el asunto medioambiental el control es prácticamente nulo".
Tanto Coda como Adena, que junto con otras organizaciones españolas como Aedenat (Asociación Ecologista para la Defensa de la Naturaleza) y SEO (Sociedad Española de Ornitología) participan en la organización de esta campaña de denuncia, reconocen que los resultados no han sido muy satisfactorios. Señalan que lo máximo que han conseguido es un informe de la Comisión de Política Regional. del Parlamento Europeo que admitía el fracaso de estas inversiones para facilitar un auténtico y equilibrado desarrollo regional.
El fondo de Maastricht.
Los fondos criticados son el FEDER (Fondo:Europeo de Desarrollo Regional), FSE (Fondo Social Europeo) y IFEOGA (Fondo de Orientación y Garantía Agrícola), a los que se unirá el Fondo de Cohesión Económica y Social aprobado en Maastricht, pero aún pendiente de articulación definitiva y que traería como consecuencia la reforma del resto de los fondos.
España viene recibiendo en torno a la cuarta parte de esos fondos para, los objetivos 1 y 2 (regiones con una renta per cápita inferior al 75% de la media comunitaria y regiones en declive industrial, respectivamente). Es el país que, en términos absolutos, más ayudas recibe. Ahora se ha entrado en la negociación de los marcos'comunitarios de apoyo para el período que va desde 1994 hasta 199.8; y es precisamente ahí donde quieren incidir los grupos ecologistas.
Julia Fernández de la Hoz y Mario Álvarez Keller han realizado un detallado estudio de los proyectos llevados á cabo en Castilla-La Mancha y los atentados ecológicos y vulneración de normativa de la CE -especialmente la directiva de hábitats-, que han supuesto. Su conclusión es contundente: "Se derrocha el dinero en grandes proyectos con poca utilidad social. A veces, se invierte en más pobreza. Por ejemplo, se acometen planes de concentración parcelaria en zonas de alta montaña que agrícolamente han sido abandonadas porque no resultan rentables.
Sin escrúpulos ecológicos
Los planes se llevan a cabo sin escrúpulos medioambientales, arrasando zonas enteras, arroyos, linderas, árboles, cuadriculando el paisaje sin sentido. El caso de los regadíos, por ejemplo, es gravísimo. Las líneas maestras de la CE tratan de reducir excedentes agrícolas, y, por otro lado, se están financiando regadíos en zonas de alto valor ecológico para productos que ya son excedentarios". Para terminar, dejan claro que no quieren anclar a los pueblos en el tiempo y que no progresen: "Sería mucho más útil invertir todo ese dinero en centros de salud, escuelas, rehabilitación de las casas de los pueblos que en una carretera pensada para turistas".
Andanada contra el patrimonio natural
Miguel Ángel Ortega, de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (Coda), explica la posición ecologista ante un desarrollo que olvida los planteamientos. medioambientales: "No nos oponemos a que se hagan autovías. Nos oponemos a que se acometan obras sólo porque sí, sin pensárselo dos veces, y a que se pongan en manos de contratistas sin el menor escrúpulo, que sólo van a ahorrar, y prefieren arrasar un robledal a estudiar un trayecto alternativo o hacer un túnel, o al menos, intentar corregir, tras la obra, lo que han destrozado. Tras el desarrollismo de los sesenta y principios de los setenta, ésta es la segunda andanada contra el patrimonio natural".Si en España el buque insignia de estas protestas ecologistas ha sido el Tren de Alta Velocidad -que recibió un multimillonario crédito de la CECA (Comunidad Económica del Carbón y el Acero)-, en Grecia el estandarte es el río Acheloos. El proyecto propone desviar el cauce de este río, que desemboca en el mar Jónico al mar Egeo para su aprovechamiento en energía hidráulica Y en planes de regadío. En Portugal, los principales puntos negros son las inmensas repoblaciones con pino y eucalipto -árbol éste que sigue contando con subvenciones de la CE- Según informa la Coda, Escocia y el norte de Irlanda figuran también entre las regiones que están pendientes de repoblaciones masivas de coníferas.
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