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"No podemos perder esta batalla"

El curso literario se convirtió en un cálido y emotivo homenaje al autor de 'Los versos satánicos'

La intervención de Salman Rushdie en El Escorial se convirtió en un cálido y emotivo homenaje al escritor anglo-indio. Participaron en la mesa redonda sobre El novelista y sus demonios, además del propio Rushdie, el escritor peruano Mario Vargas Llosa; el rector de la Universidad Complutense, Gustavo Villapalos, y el director de EL PAÍS, Joaquín Estefanía. Vargas hizo un dramático llamamiento para que se ponga fin a la pesadilla de Rushdie y pidió con ardor la colaboración de España. "Mientras siga viviendo en las catacumbas, ningún escritor podrá sentirse libre", afirmó Vargas Llosa.

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Condenado sin ser leído

Salman Rushdie dijo ayer en El Escorial que su caso no es único. "La guerra santa iniciada en Irán contra el modernismo, después de la revolución de 1989, ha propiciado la prohibición, persecución y asesinato de escritores. Siete de ellos desaparecieron hace 10 años, y ni siquiera sabemos dónde se encuentran sus tumbas. Y en Egipto, un país mucho más moderno, un escritor ha sido condenado este mismo año a ocho de cárcel por haber escrito un libro. Y también su editor. Y su libro ha sido prohibido".Rushdie citó el caso de una anciana escritora iraní de gran prestigio en su país que fue torturada y encarcelada. "Ahora ya no es torturada, pero sigue en la cárcel", dijo.

"Es un intento de suprimir todo lo que es progresista", afirmó. E incidió de nuevo en que "se ataca a los intelectuales iraníes, y éstos podrían decir que a Rushdie le protege la policía británica". Por ellos, por todos los perseguidos, dijo, "no podemos perder esta batalla".

El escritor recordó al traductor de Los versos satánicos al japonés, Hitoshi Igarashi, asesinado en julio del año pasado. "Se sabe que los asesinos figuran en la lista de terroristas reconocidos". Y añadió que hay pruebas también de que diversas iniciativas terroristas han sido pagadas no "a través de fundaciones, indirectamente, sino a por las propias embajadas iraníes".

Rushdie habló de su larga soledad, de la enorme presión a que es sometido. "No sé cómo no me he desintegrado durante estos años. ¿Será quizá porque no tengo imaginación?". El autor de Hijos de la medianoche, Vergüenza o Los versos satánicos comentó que la literatura, "la disciplina del novelista", le ha ayudado a sobrevivir.

Rushdie habló asimismo sobre la actual situación en Irán. "Las recientes elecciones en Irán eran una oportunidad de presentar un rostro más humano. Pero las cosas no han cambiado.Ciento setenta miembros del Congreso Moderado pidieron que no se anulara mi sentencia de muerte y el decano de los ayatolás pidió sangre. Las cosas sólo cambiarán cuando cambien sus acciones y corrijan los hechos. Todos nosotros, los que estamos aquí, estamos siendo protegidos. La cosas cambiarán cuando no necesitemos un gran despliegue policial para hablar de literatura".

Mientras llegue ese momento, Rushdie luchará con todos quienes le apoyan, "porque existen valores igual de importantes por los que batallaremos con igual firmeza que ellos por los suyos, pero con distintos métodos".

Vargas Llosa: "Mientras Rushdie siga en las catacumbas, ningún escritor puede sentirse libre"

Abrió la mesa redonda Estefanía. "Sólo estoy aquí para manifestar la solidaridad de todos los periodistas españoles demócratas que luchamos por la libertad de expresión". EL PAÍS es el único diario español que forma parte hasta ahora del Comité Internacional para la Defensa de Salman Rushdie y de sus Editores, que integra a los mejores periódicos de todo el mundo, entre ellos The Financial Times, The Guardian, The Independent, Le Monde, La Repubblica y The Indian Post, entre otros muchos. Estefanía leyó un comunicado hecho público en marzo de 1989, pocos días después de que el ayatolá Jomeini condenara. a muerte a Salman Rushdie por su libro Los versos satánicos.

"El 14 de febrero, Jomeini hizo un llamamiento a todos los musulmanes para que persigan y ejecuten a Salman Ruslidie, autor de Los versos satánicos", leyó el director de EL PAÍS. "Nosotros, los abajo firmantes, como defensores del derecho a la libertad de opinión y de expresión, hacemos un llamamiento a la opinión pública para que apoye los derechos de todos los pueblos a expresar sus ideas y creencias y a exponerlas de forma crítica en base a una mutua tolerancia, libres de censuras o posibles intimidaciones. Hacemos un llamamiento a todos los gobernantes para que continúen repudiando la condena hecha contra Salman Rushdie".

"Desgraciadamente, este comunicado sigue siendo válido tres años y medio después", concluyó Estefanía.

Rushdie agradeció vivamente la campaña a su favor que mantiene EL PAÍS y el Comité Internacional de Defensa. Agradecimiento al que se sumó también Gustavo Villapalos.

La sala donde se celebró la mesa redonda era un hervidero de periodistas, escritores y asistentes a los cursos de El Escorial La entrada de Rushdie, por una puerta lateral y fuertemente custodiado, provocó los más encendidos aplausos, pero quizá el momento más emotivo fue la llegada de Rosa Chacel, que interrumpió el discurso de Rushdie. La escritora, a sus 94 años, quiso desplazarse a El Escorial para brindar al escritor perseguido su apoyo y el de todos cuantos luchan por la libertad.

Si Salman Rushdie pidió casi permiso a sus anfitriones para solicitar ayuda a España, Vargas Llosa fue contundente: "Si hay algún país en el mundo que puede tomar la iniciativa en Occidente para ayudar a Rushdie, es España. Es país que tiene tan buenas credenciales, como se vio recientemente cuando países enfrentados aceptaron la mediación de España para reunirse en Madrid [la Cumbre de Madrid, celebrada el pasado octubre], y tiene además un protagonismo muy justificado porque ha sido, capaz de democratizarse, no sólo de forma rápida, sino también pacífica. ¿Qué mejor marco que el de ahora, cuando se celebran la Expo y los Juegos Olímpicos, para que de este país surja una iniciativa pública y privada para mediar ante aquella gente que quiere silenciar la voz de la libertad?".

"La presencia valiente y generosa de Rushdie merece una iniciativa española que ponga punto final a su pesadilla", añadió.

El caso Rushdie, dijo Vargas, "ha movilizado a muchos intelectuales de los cinco continentes, y debemos asumir la responsabilidad de defender a Salman Rushdie a través de los Gobiernos, de los medios de comunicación, para que se levante esa condena a muerte y pueda llevar una vida civilizada. Porque mientras siga viviendo en las catacumbas, mientras siga prisionero, ningún escritor del mundo puede sentirse libre". Y añadió: "Los ayatolás, los imames, no sólo han condenado el libro, sino el derecho a la fantasía, el ejercicio crítico, la posibilidad de disentir". "Y lo peor", añadió, "no es que lo ejecuten los fanáticos, sino que el mundo civilizado se resigne a ello. Por ello tenemos la obligación de impedir que ocurra. Debemos recordar que lo que le ocurra a Salman es una espada de Damocles que pende sobre todos nosotros".

Vargas señaló que el caso Rushdie pone de manifiesto "lo frágil, lo vulnerable que es la civilización. Rushdie es de origen indio, pero escritor y ciudadano británico, y lo persiguen no en países bárbaros, que viven fuera de la ley, sino en países democráticos".

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