Argentina propugna métodos suaves para democratizar Cuba

"Estamos de acuerdo en la necesidad de la democracia, pero el matiz está en cómo conseguirla: de manera frontal, lo que puede doler, o de manera suave", afirmó ayer el canciller argentino, Guido di Tella, al comentar el tema estrella de la jornada preparatoria de la Cumbre Iberoamericana: Cuba.El ministro argentino hizo esta declaración al comparecer, junto con sus colegas de España y Brasil y un representante mexicano, ante la prensa para explicar el contenido de la reunión preparatoria que los cancilleres celebraron por la mañana en el Palacio de Congresos de Madrid. Los ministros se pusieron definitivamente de acuerdo, en cuatro horas de discusión, sobre el texto de conclusiones que ratificarán formalmente mañana los jefes de Estado presentes.

Interrogado sobre la adhesión del régimen cubano a un documento que ensalza la "democracia representativa", el canciller argentino aseguró que "se trata de un problema que no puede resolverse por decreto", y que la cumbre constituye precisamente un foro que permite a sus miembros "decir las cosas de manera clara y cara a cara".

El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, quien por su parte se mostró especialmente cauto, afirmó simplemente: "Una cosa es la situación política determinada de un país; otra, los ciudadanos cubanos. Si podemos hacer algo para mejorar el nivel de bienestar de los ciudadanos cubanos, lo haremos". El ministro español precisó, sin embargo, que la asistencia financiera a la isla, suspendida a raíz de la crisis de las embajadas no se reanudará demomento.

En el plano económico, el texto se caracteriza por un moderado optimismo, al constatar que el subcontinente latinoamericano ha vuelto a la senda del crecimiento después de una década perdida.

El problema de la deuda externa se menciona en términos prudentes al hacer hincapié en las negociaciones entre varios países de la zona y los organismos financieros internacionales, cuyo papel de garantes de la buena conducta económica de los Gobiernos queda ratificado.

Las declaraciones de algunos mandatarios latinoamericanos en Madrid a favor de una condonación de deudas no han encontrado eco. Fuentes diplomáticas españolas descartaban tal posibilidad (la deuda externa de los países latinoamericanos con España alcanza aproximadamente 640.000 millones de pesetas), y subrayaban que el esfuerzo de Madrid consistía en ser elemento flexibilizador en el Club de París, que reúne a los países acreedores.