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"La novela es una apertura hacia el pasado", dice el escritor Carlos Fuentes

El escritor Carlos Fuentes, Premio Cervantes 1988, defendió ayer la validez de la novela como único medio posible para profundizar en la verdad de los hechos. "La novela es una apertura hacia el pasado, ya que el pasado sólo es real cuando está tocado por la poesía del presente", comentó durante la apertura de un curso que, sobre su obra, comenzó ayer en El Escorial organizado por la Universidad Complutense de Madrid. En el curso intervienen numerosos escritores hispanoamericanos, profesores y críticos de literatura.

El escritor mexicano, que fue distinguido ayer con la medalla de oro de la Universidad Complutense, resucitó su "vida imaginaria" que plasmó en la novela Terra nostra, escrita durante los 10 años que pasó en San Lorenzo de El Escorial.

En la conferencia inaugural, Carlos Fuentes recordó su infancia, mientras de la mano de su padre y de su abuelo esperaba "el paquebote francés" en el muelle de Veracruz (México), en la primera década de este siglo, la llegada de "las novedades informativas, las revistas ilustradas europeas, las últimas novelas de Anatole France.". Todo ello, "por el afán de saber del abuelo" y por "establecer una comunicación informativa entre lejanas metrópolis de la cultura occidental y la excéntrica formación de las antiguas colonias".

Esta imagen del pasado contrasta con las rancherías del Estado de Veracruz en donde hoy "abundan las antenas parabólicas que le ofrecen al más humilde egidatario [habitante de Veracruz] la libertad de escoger entre 80 programas de televisión mundiales y un elenco femenino que va de la señora Thatcher a la Cicciolina". "A menudo, el cañero (recolector de la caña de azúcar) tiene televisión pero no agua potable. Necesidad y abundancia de información y miseria en la vida".

"Hay información, hay datos, hay tópicos, hay imágenes asociadas a la violencia o al placer, al terrorismo o a la vacación e incluso al terrorismo de las vacaciones, o a las vacaciones del terrorismo. En cambio hay poca imaginación. Los cambios y las imágenes se suceden abundantes, repetitivas, sin estructura y permanencia". El escritor se pregunta "qué es la imaginación sino la gran formación de la experiencia en conocimiento".

Para Carlos Fuentes, "aunque no existiese una sola antena de televisión, un solo periódico, un solo historiador o un solo economista, el autor de novelas continuaría enfrentándose al territorio del honor escrito que siempre será, más allá de la abundancia o parquedad de la información cotidiana, infinitamente mayor que el territorio de lo escrito".

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