Las nuevas tecnologías y la competencia determinarán la edición del futuro

Los factores que determinarán el éxito o el fracaso de la edición dentro de no más de 20 años serán muy distintos de los que conocemos, según una de las principales ideas fuerza del Simposio sobre el Futuro de la Edición en Europa, que se desarrolló hasta ayer en el centro Conde Duque, de forma paralela a Liber 92, organizado por la revista Delibros. Entre las nuevas realidades figuran la internacionalización de la edición, las nuevas tecnologías, y una mayor competencia en el mercado.

Los editores están descubriendo que ya no tienen que competir sólo con otros editores, sino que ahora tienen que hacerlo con soportes electrónicos, como ordenadores, televisión o el recientísimo libro electrónico. Según comentó ayer a este periódico Jaime Brull, presidente de Delibros, en adelanto a las conclusiones que serían anunciadas por la tarde en Líber, "el mercado de la producción de libros ya está muy maduro, y el énfasis, en el futuro, será puesto en la difusión, y compitiendo con otros productos". Y añadió: "La clave está en saber si ese cambio lo van a realizar los mercados desde dentro, o será impuesto por la competencia internacional".Estas nuevas realidades fueron comprendidas por los organizadores del simposio, que junto a una sesión dedicada a los grandes grupos editoriales europeos, dedicó otras a la distribución y la librería, además de otras sobre la propiedad intelectual y el diálogo con los lectores.

La distribución, según los especialistas, será uno de los sectores más modificados por las nuevas tecnologías. Su importancia está creciendo hasta el punto de que será determinante para el establecimiento de los precios, e incluso, de la selección editorial.

Según Desmond Clarke, de la International Thompson Publishing Services, los distribuidores del mercado anglosajón ya no se ven como representantes de editoriales nacionales, sino como miembros de compañías internacionales, y auguró un futuro de fortísima competitividad entre supergrupos. Para André Imbaud, presidente de los distribuidores franceses, existe una tendencia a que desaparezcan las pequeñas librerías, porque, dijo, "se ven obligados a soportar costos que hacen diricil la obtención de beneficios". Antonio Mas, secretario de la asociación española de distribuidores, abogó por una relación más próxima con los libreros y la oferta de otros servicios.

Grandes cadenas de librerías

El sector de librerías será, a juzgar por lo que dicen los especialistas, uno de los más afectados por los cambios. Bing Taylor, director general de Books W. H. Smith, la mayor cadena de librerías de Europa, dibujó un panorama de gran triunfo de las grandes cadenas en perjuicio de las librerías -sobre todo cuando coinciden en la misma comunidad-, aunque no de los especialistas o de los independientes; mientras los primeros proporcionan libros incluso servicios, los segundos pueden obtener beneficios proporcionalmente considerables.Anémone Béres, directora para el libro de FNAC, la segunda cadena europea más importante después de WH. Smith, y que abrirá en Madrid una tienda en breve, informó que la sección de libros de esta librería representa sólo el 20% de sus actividades (30%, discos, y 50%, televisiones, ordenadores, etc.) Béres enunció algunas claves de su empresa: libreros altamente especializados, fondos considerables, amplios espacios, política de descuentos y actividades culturales.

El presidente de la Federación Europea de Editores, el español Pere Vicens, indicó que el IVA del 6% que se aplica en España para el libro no sólo es un hecho anticultural sino que frena el índice de lectura que en España ya es bajo de por sí: el 45% frente al 70% de Europa. Las declaraciones de Vicens fueron realizadas después de una reunión del grupo interamericano de editores (GIE)

El presidente de CEDRO, entidad que lucha contra la reprografia ilegal, dijo ayer, informa Europa Press, que en España se han perdido 45.000 millones de pesetas por el uso masivo de la fotocopia.