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Un anfiteatro escamoteable

Rocío García

La obra nueva de unión subterránea entre el edificio del palacio y el pabellón de Caballerizas ha sido la decisión más importante en el proyecto de Carlos Puente. La necesidad de habilitar un espacio suficiente para exposiciones y un auditorio multiuso ha sido resuelta por Puente mediante la realización de un anfiteatro escamoteable. Al estar limitada la superficie que se podía utilizar bajo el jardín por su consideración de histórico y romántico, lo que implicará la excavación para plantar árboles centenarios, Puente ha realizado un anfiteatro de gradas escalonadas a ras del suelo con unas paredes de vidrio, que bajan y suben dependiendo de las necesidades. Así, el anfiteatro puede ser utilizado para un aforo de 200 personas, o bajando las gradas a ras del suelo y retirando las paredes de vidrio, para 500.

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Puente ya se imagina el aspecto romántico que dentro de muchos años ofrecerá el jardín del palacio. Así, lo que se conoce como Casa de Muñecas, un pequeño edificio enclavado en el exterior del palacio y que será utilizado como tienda de recuerdos iberoamericanos, tendrá que estar literalmente escondida bajo las enredaderas. Enredaderas que albergará la única pared desnuda del pabellón de Caballerizas y para lo cual se han restituido todos los trillajes de madera de los que apenas quedaban unos pequeños restos.

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