Martillo de arterias y pulmones

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que tres millones de muertes anuales en el mundo están directamente relacionadas con el tabaquismo, casi dos millones sólo en los países desarrollados. Su incidencia en el mundo laboral ha hecho que la OMS le dedique a este medio su campaña de prevención en la Jornada Mundial del Tabaco, que se celebra el 31 de mayo.En España, las últimas estadísticas oficiales atribuyen al tabaco un total de 44.000 fallecimientos cada año, de los cuales 11.326 son debidos a enfermedad coronaria y 10.153 a cáncer de pulmón. El Ministerio de Sanidad estima que el 13% de todas las muertes tienen conexión con el hábito de fumar.

La comunidad científica internacional ha confirmado los potentes efectos de los componentes del tabaco, especialmente en las arterias y en el áporte de oxígeno a los tejidos. Su poder nocivo reside en la combustión en la que se libera nicotina, carboxihemoglobina y alquitrán.

La nicotina aumenta la frecuencia cardiaca y produce un estrechamiento de los vasos sanguíneos, que transportan con mayor dificultad la sangre a los tejidos. La carboxihemoglobina añade más dificultades, ya que entorpece a los glóbulos rojos llevar el oxígeno a las células.

El alquitrán es el componente del tabaco con mayor poder cancerígeno. Su mecanismo de acción aún está siendo investigado, pero los primeros indicios muestran que produce alteraciones en los genes. Los médicos ya han establecido su relación directa con los cánceres, de pulmón, laringe y vejiga. Un efecto. añadido del humo del cigarrillo es que favorece el incremento en sangre del colesterol de baja densidad, culpable de la arterioesclerosis.