Bush reconoce que para ganar la guerra a la droga EE UU deber frenar la demanda

El presidente de Estados Unidos, George Bush, reconoció ayer en San Antonio (Tejas) que su país debe "reducir la demanda [de estupefacientes]" para evitar que el nuevo plan contra el narcotráfico "se desplome". La cumbre de la droga terminó con el compromiso de Washington de que los traficantes serán derrotados y con un acuerdo según el cual Estados Unidos y los representantes de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, México y Venezuela aceptan coordinar todos sus esfuerzos policiales para frenar el alud de cocaína que cubré este continente.

El nuevo plan americano contra la droga, conocido ya como la declaración de San Antonio, solicita la ayuda de Europa y Asia en la guerra contra el narcotráfico. El acuerdo es un documento de 20 páginas que refleja claramente la influencia que han tenido para Bush las quejas del presidente peruano, Alberto Fujimori, contrario a que el problema de la droga se resuelva con una intervenicón militar a la americana y dejando a un lado las economía alternativas al cultivo de la coca. Fujimori señaló que era un problema "mundial" y que la solución no podía ser sólo "policial".Escalada militar

El plan no establece la escalada militar en el continente americano como la solución al problema del tráfico de sustancias ¡legales y otorga a los civiles el poder supremo de la lucha contra la cocaína.

El presidente norteamericano se alegró de la unidad demostrada en esta cumbre y en respuesta a las quejas del presidente Fujimori dijo que "Estados Unidos quiere que los desarrollos [de cultivos] alternativos sean un éxito".

"Estoy convencido de que los agricultores peruanos y bolivianos dejarán de plantar coca ¡legal si tienen otras alternativas además del hambre", señaló Bush, quien recalcó la importancia de "trabajar juntos respetando la soberanía de cada país". "Si no lo hacemos", advirtió el mandatario estadounidense, Ios traficantes nos destruirán separadamente".

Bush se mostró optimista, porque según él, desde su llegada a la Casa Blanca en 1988, el. número de cocainómanos ha descendido en un 35%, y los niveles de consumo entre los jóvenes, un 27%. Estas cifras no se corresponden con las presentadas a principios de semana por un grupo de senadores demócratas que mantienen que el consumo aumentó en Estados Unidos en el año 1991.

César Gaviria, el presidente de Colombia, destacó que los jefes de los cárteles de la droga están muertos o en prisión y subrayó que los consumidores son también parte del problema. Gaviria reconoció que se habían hecho progresos en la lucha contra el narcotráfico, pero no los suficientes, porque el mercado se está extendiendo a Europa y Asia. "Tenemos que estar unidos, trabajar juntos y defendiendo acciones y propósitos comunes", dijo el presidente colombiano.

Realidad nacional

Carlos Salinas, el presidente mejicano, dijo que cada país debe luchar contra la droga utilizando el sistema que más se adecúe a su realidad nacional. "Nuestras respuestas al narcotráfico pasan por la modernización, el crecimiento económico justo y la reforma del Estado", aseguró Salinas, quien cifró en 25.000 el número de militares mexicanos destinados a la represión del narcotráfico.