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Ardanza firma en Nueva York el contrato para abrir el polémico Museo Guggenheim

El acuerdo coincide con el pago a la fundación neoyorquina de los primeros 1.000 millones

La firma del acuerdo entre las instituciones vascas y la Fundación Guggenheim inicia la cuenta atrás para la inauguración en Bilbao de un museo de arte moderno y contemporáneo gestionado por la entidad norteamericana, previsto para la primera mitad de 1996. El lehendakari José Antonio Ardanza y el presidente de la Fundación Guggenheim, Peter Lawson-Johnston, rubricaron ayer en Nueva York un contrato que asegura al futuro museo una calidad artística similar al ofrecido por la central neoyorquina y obliga a las instituciones vascas a costear la totalidad del presupuesto, cerca de 20.000 millones de pesetas, y a cubrir unos 500 millones del déficit de explotación.

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Más críticas que adhesiones

El convenio que regirá el futuro museo Guggenheim de Bilbao fue firmado ayer en Nueva York en la planta 33ª de un rascacielos de Wall Street por el presidente de la Solomon Guggenheim Foundation, Peter Lawson Johnston, y el lehendakari José Antonio Ardanza. "Esto es la realización de una utopía, dijo Ardanza tras reconocer que había dudado en varias ocasiones que los norteamericanos se decidieran por la ciudad vasca "como consecuencia de la imagen deteriorada" que se tiene del País Vasco.Ardanza considera que el tiempo aplacará las críticas que este proyecto ha despertado en la sociedad. Porsu parte, los representantes de la Fundación Guggenheim declararon que, excepto las pinturas que están protegidas y no pueden salir de EE UU, el resto de las 6.000 obras con las que cuenta la fundación pasará por Bilbao en exposiciones rotatorias cada dos o tres años.

El museo no se abrirá hasta 1996. Por ello los representantes de Guggenheim consideran 99

que todavía tienen tiempo para precisar en qué va a consistir este sistema rotatorio entre el Museo Guggenheim de Nueva York, Venecia y Bilbao. Guggenheim está en conversaciones en estos momentos para estudiar la posibilidad de abrir un cuarto museo en Salzburgo.

Los representantes de la Guggenheim consideran que "el hecho de que exista una organización terrorista operando en el País Vasco no es un riesgo adicional para aumentar el seguro de las obras de arte que vayan a viajar a Bilbao". Y añadieron: "Europa va hacia una unidad y no hacia un fomento de los nacionalismos".

La firma del contrato ha coincidido con el pago a la Fundación Guggenheim de 1.000 millones de pesetas, el 50% de la cantidad que recibirá por instalar el museo en el País Vasco. El acto protocolario cerró ocho meses de negociaciones. Estuvieron presentes, junto al lehendakari, los máximos responsables de las instituciones vascas involucradas en el proyecto, el diputado general de Vizcaya, José Alberto Pradera, el alcalde de Bilbao, Josu Ortuondo, así como los embajadores de España en EE UU y la ONU, Jaime de Ojeda y Juan Antonio Yáñez.

Veinte años

Salvados los escollos interpuestos por los partidos de la oposición en el Parlamento vasco para evitar la firma del acuerdo con la Fundación Guggenheim, el museo de Bilbao tendrá un coste cercano a los 20.000 millones de pesetas. El acuerdo firmado ayer es válido por 20 años, prorrogables a otros 75.

Los partidos coligados en el Gobierno -Partido Nacionalista Vasco (PNV), Partido Socialista de Euskadi-(PSE-PSOE) y Euskadiko Ezkerra- aprobaron en la sesión plenaria del pasado-viernes una reducción del 30% de superficie prevista en el proyecto inicial, pero mantuvieron el presupuesto calculado para la construcción del edificio en los 10.000 millones de pesetas, a los que se deben sumar más de 2.000 para cubrir los trabajos de adecuación del entorno y las infraestructuras urbanas necesarias.

La sede Guggenheim de Bilbao dispondrá finalmente de 22.000 metros cuadrados de superficie, de los que 14.000 estarán dedicados a exposiciones y el resto a servicios e instalaciones complementarias. El futuro museo quedará ubicado en el centro de Bilbao, sobre un solar, que cede el Ayuntamiento, colindante con la ría del Nervión, actualmente ocupado por instalaciones industriales en ruinas.

A todos estos gastos hay que añadir los 5.000 millones de pesetas que las distintas administraciones vascas implicadas en el proyecto se han comprometido a pagar para dotar con nuevas obras de arte el museo.

Según Juan Luis Laskurrain, responsable financiero de la Diputación de Vizcaya, los gastos de mantenimiento anuales del museo está serán de 1.400 millones de pesetas, a los que deben restarse 900 millones previstos en ingresos.

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