Un brigadista español en Croacia, acusado de ordenar el asesinato de un periodista
El joven suizo Christian Würtenberg, el vigesimoprimer periodista en perder la vida en la guerra en Croacia, fue ejecutado por orden de Eduardo Flores Rozsa, ciudadano español que comanda la Brigada Internacional de Voluntarios que lucha junto al Ejército croata. Esta durísima acusación contra el que fue corresponsal en Hungría y Croacia de un diario catalán ha sido formulada por otro compañero, Julio César Alonso, director de la productora de televisión sevillana Preset.
Christian Würtenberg, un colaborador de la agencia de noticias suiza ATS-SDA, había ingresado en la Brigada Internacional con la supuesta intención de investigar la composición de este grupo de extranjeros que luchan con gran autonomía junto al Ejército de Zagreb.Würtenberg apareció muerto cerca de la aldea de Ernestinovo, con un fuerte golpe en la cabeza y señales de haber sido estrangulado. Fue a principios de enero. Vestía uniforme de brigadista. La versión oficial del Gabinete de crisis de la ciudad de Osijek es que Würtenberg había sido asaltado mientras patrullaba.
En un reportaje de Preset emitido por la televisión suiza, Alonso afirma que durante una visita a Zagreb, Flores Rozsa le había dicho que "Christian era un topo y que estaba averiguando muchas cosas, que no le convenía y que le iban a matar, pero que no le iba a matar él, sino que lo matarían los chetniks [guerrilleros serbios] en una emboscada".
Alonso viajó a Osijek dos días más tarde para informar a Christian sobre los propósitos del comandante de la brigada, pero cuando llegó a la misma fue recibido por Flores, quién "dijo sonriente que, por cierto, Christian había muerto y el problema suizo se había acabado".
Después apareció el cuerpo de Würtenberg, lo que levantó graves sospechas entre algunos compañeros que le conocían bien. Las dudas eran muchas. ¿Por qué llevaba Christian su pasaporte cuando fue encontrado, lo que viola todas las reglas en esta brigada? ¿Por qué una persona de la que se habían expresado públicamente sospechas sobre sus actividades de "espionaje en favor del enemigo" era autorizada a participar en una patrulla en el frente? La autopsia hecha en Osijek aún no ha llegado a Basilea. Otra, hecha en esta ciudad suiza, donde vive la familia del muerto, determinó un fuerte golpe en la cabeza, huellas de estrangulamiento y una pequeña quemadura al parecer de cigarrillo en el cuerpo, según declaró ayer a EL PAÍS el hermano de la víctima, Michael Würtenberg.
Éste confirmó desde Suiza que su familia está haciendo gestiones para conseguir llevar ante la justicia al brigadista Flores Rozsa. "Él mató a mi hermano". Quiere que sea juzgado en Suiza. Würtenberg afirma que es optimista porque la ONU está muy implicada en el conflicto yugoslavo, y su familia pedirá su colaboración.
Christian se hallaba prácticamente bajo arresto desde dos días antes. Su imprudencia casi proverbial le había llevado no sólo a interesarse abiertamente por la procedencia de los voluntarios y por la financiación de sus actividades, sino que había hecho croquis sobre sistemas de defensa y otros detalles de la infraestructura militar croata.
Este corresponsal había conocido a Würtenberg en Vilna en enero 1990, durante el asedio del Ejército Rojo a las instituciones lituanas. Como después en los frentes de Croacia, sólo recibía remuneración por sus trabajos publicados.
Alonso, uno de los periodistas españoles que mejor conoce las zonas de combate en Croacia, muestra también sus dudas sobre la forma en que murió la última víctima entre los profesionales de prensa, el fotógrafo británico Paul Jenks, de la agencia AP. Se había interesado por el caso de Christian, Flores Rosza asegura que "estaba con unos soldados en una trinchera y cuando se levantó a hacer una fotografía un francotirador enemigo le pegó un tiro entre ceja y ceja, como dicen los mexicanos". Otras fuentes, sin embargo, insisten en que "recibió el tiro en la nuca". La bala procedía de la retaguardia, aseguran.
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