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Manifestaciones encontradas recuerdan hoy los tres años del 'caso Rushdie'

"Tres años de mi vida son un alto precio", declara el escritor a la BBC

Enric González

Hace hoy tres años, el 14 de febrero de 1989, el ayatolá Jomeini condenó a muerte al escritor británico Salman Rushdie y a quienes colaboraran con su novela Versos satánicos, por "blasfema". Dos traductores fueron asesinados. Rushdie declaró ayer a la BBC: "Tres años de mi vida son un alto precio". Miles de intelectuales protestarán hoy contra la fatwa, que ayer rechazaron 115 diputados de¡ Parlamento Europeo. EL PAÍS ha publicado una serie de cartas de escritores a favor de Rushdie. También habrá hoy manifestaciones contra el escritor, y la postura oficial iraní no ha variado.

Salman Rushdie declaró ayer a la emisora de radio de la BBC: "Tres años de mi vida son un alto precio", informa Reuter. "Tres años de la vida de mi hijo, haberlos perdido, son un precio aún más alto". Rushdie añadió que había aprendido a vivir con la rabia y la amargura del confinamiento, "pero ello no significa que pueda hacerlo siempre" y estoy ansioso por acabar con esto".Los 115 europarlamentarios que firmaron ayer la resolución a favor de Rushdie insistían en la ilegalidad y la crueldad de la condena chií, que "ignora la ley de un país miembro de la Comunidad Europea (el Reino Unido) e incita a las personas al asesinato", causando "una total ruptura" en la vida del escriteir y la de su familia. Incluso la palabra ruptura parece modesta para definir la situación de un hombre que vive oculto desde hace exactamente tres años con su cabeza puesta a precio.

Clandestinidad

Durante los primeros tres meses de clandestinidad, el escritor pernoctó en 50 domicilios distintos. Su encierro le ha costado muy caro, mucho más que los 30 millones de pesetas que ha gastado en guardaespaldas Su esposa, la también escritora Marian Wiggins, se separó de él hace casi un año.En su moción de ayer, los europarlamentarios urgían a los gobiernos comunitarios a que persiguieran legalmente a todo el que insistiera en las amenazas contra Rushdie. Pero eso no es sencillo. En el Reino Unido, epicentro del problema, hay más de millón y medio de ciudadanos musulmanes, y de ellos la mitad se declaran, según las encuestas, totalmente partidarios de que se cumpla la sentencia del ayatolá.

Varias entidades musulmanas británicas, tanto chiíes como sunníes, han convocado para hoy manifestaciones y actos de protesta contra Los versos satánicos y su autor. Presumiblemente, volverán a quemar ejemplares y a ahorcar efigies de Ruslidie. Presumiblemente, los concejales conservadores y laboristas de las áreas musulmanas volverán a desentenderse del asunto. Puede ser incluso que algún político local acuda, como hace tres años, a avivar las hogueras y a ganarse un puñado de votos. Tal vez cierto diputado repita que el Tesoro "ha gastado demasiado" en la seguridad de Rushdie (unos 400 millones de pesetas, según distintas estimaciones) y le invite a marcharse.

El Gobierno británico no tiene nada previsto para hoy, aunque el caso Rushdie siga siendo "un obstáculo para las plenas relaciones diplomáticas entre Londres y Teherán", según fuentes del Foreign Office. Ni el Reino Unido ni ningún otro país han decidido plantarse en la ONU.

El Comité Internacional en Defensa de Salman Rushdie y sus Editores coordina hoy actos en numerosos países. EL PAÍS y un grupo de 22 periódicos de todo el mundo ha venido publicando cartas en las que escritores e intelectuales en solidaridad con el autor de Los versos satánicos. Muchísimas iniciativas, que a falta de acciones gubernamentales sirven cuando menos para que no se olvide a Salman Rushdie.

El periódico de Teherán Abrar clamaba ayer que "más de mil millones de musulmanes están obligados a ejecutar la sentencia religiosa".

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