El impago de las deudas a las constructoras del metro de Medellín dificulta el acercamiento entre España y Colombia
El presidente Felipe González llegó anoche a Santafé de Bogotá para iniciar una visita oficial a Colombia para estrechar lazos con el país latinoamericano con el que el sector privado español tiene el mayor contencioso económico -la construcción del metro de Medellín- porque la Administración colombiana no abona a las empresas españolas importantes deudas. La visita del jefe del Gobierno será, sin embargo, ante todo política y después turística.González, que llegó al aeropuerto militar de Bogotá procedente de México, mantuvo por la tarde una larga entrevista con el presidente colombiano, César Gaviria, con el que ya tuvo la oportunidad de conversar en la capital mexicana cuando ambos asistieron el jueves a la firma del acuerdo de paz de El Salvador. A continuación González recibió a Antonio Navarro Wolf, jefe del grupo guerrillero M-19 que depositó las armas.
La renuncia a la lucha armada por parte de algunos grupos guerrilleros y los éxitos cosechados en la represión de los narcotraficantes incitan a España a ahondar lazos con Colombia. Altos funcionarios de la Moncloa casi descartaron, sin embargo, que se firme durante la visita el borrador de un futuro tratado de amistad, debido al contencioso del metro. Mientras no se solucione será harto difícil que las empresas españolas arriesguen en Colombia cantidades superiores a los simbólicos 297 millones de pesetas que en 1990 invirtieron en instituciones financieras y seguros.
Iniciada en 1986 por un consorcio Hispano-alemán, en el que por el lado español participaban Entrecanales y Ateinsa, la construcción del metro se paralizó en 1989, y desde entonces las empresas españolas se quejan de los numerosos impagos y aseguran que en tres años el presupuesto inicial de la obra (65.000 millones de pesetas) se ha triplicado. Junto con sus socios alemanes, Siemens y Man, reclaman a los poderes públicos colombianos indemnizaciones por valor de 25.000 millones de pesetas, 10 veces más de lo que parecen dispuestos a conceder.
