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Leni Riefenstahl: "Hitler era una persona extremadamente simpática"

La cineasta alemana, de 89 años de edad, presenta sus memorias en España

La realizadora berlinesa Leni Riefenstahl es la única superviviente de la generación de cineastas que, hacia los treinta, conoció y convivió con el nazismo. Amiga personal de Adolf Hitler, realizó algunos de los documentales más justamente célebres de su tiempo. Alguno de ellos, como El triunfo de la voluntad, ligó para siempre su nombre al destino del nacionalsocialismo. Riefenstahl está en España para presentar discretamente sus suculentas y muy polémicas Memorias (Lumen). Hitler "era una persona extremadamente simpática", ha declarado en Barcelona.

Tiene 89 años y una vitalidad sencillamente asombrosa. Su fama se relaciona sobre todo con el cine documental, al cual llegó, según propia confesión, por casualidad: Hitler, que le había admirado en La luz azul, su primer largometraje como realizadora, se empeñó personalmente en que realizase la filmación de sendos congresos del partido nazi. El resultado: dos contundentes filmes de propaganda, Der sieg des Glaubens (1933) y sobre todo El triunfo de la voluntad (1935), que impactó a medio mundo y uno de cuyos máximos admiradores, Frank Capra, habría de utilizar sus imágenes para su primer documental de propaganda bélica estadounidense, Prelude to War.Riefenstahl confiesa en sus memorias, siempre recorridas por un fervoroso deseo de justificación que la amistad que la unió a Hitler bordeó, por parte del líder, el terreno sexual, claramente explicitado en alguno de sus encuentros. La cineasta sigue guardando un recuerdo contradictorio y no negativo de la personalidad del Führer: "Es muy difícil decirlo hoy, porque todo aquel que haga afirmaciones distintas a las escritas por los historiadores es tachado de fascista o de nazi. Pero la verdad es muy distinta: nunca estuve afiliada al partido y puedo decir que Hitler, por lo menos antes de la guerra, en el periodo en que yo lo traté más familiarmente, era una persona extremadamente simpática, que fascinaba a quienes le escuchaban. Muchos de quienes después de la guerra se declararon enemigos acérrimos del Führer, antes lo adoraron. Tenía una personalidad fascinante".

Al acabar la guerra, Riefenstahl sufrió un proceso, del cual salió libre de cargos. Pero sólo en 1954 pudo terminar su viejo proyecto, Tierra baja, la última de sus películas realizadas, basada en una ópera de Eugen d'Albert.

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