Castro augura días difíciles para Cuba, pero dice que la revolución no caerá

El presidente del Consejo de Estado cubano, Fidel Castro, auguró el viernes un comienzo de año con tintes negros en su país ante la falta de petróleo y la incertidumbre de su Gobierno en estos momentos para evaluar la cantidad de combustible disponible para el primer trimestre de 1992, pero afirmó que la revolucion no caerá.Medios diplomáticos occidentales calculan que la producción nacional bruta de la isla caerá en un 80% en los próximos meses, lo que complicaría aún más la situación con la escasez, de petróleo, ya que los compromisos soviéticos en materia de crudo expiran el 31 de diciembre y no tienen visos de ser renovados.

El régimen de La Habana, ante la fuerte crisis que sufre el país, ha decidido la restricción del transporte público y del fluido eléctrico, medidas que el propio Castro calificó el viernes de "dolorosas" pero también "inevitables" para poder sobrevivir. También se ha ordenado a las empresas públicas del país reducir las horas operativas en las fábricas afectadas por la crisis con objeto de aliviar el capítulo de comidas subsidiadas que el Estado ofrece a sus trabajadores.

Congreso de pioneros

Castro participó el viernes en los actos de clausura del primer congreso de pioneros de la isla y dijo, ante una audiencia esencialmente infantil que, pese a las dificultades, la revolución no caerá y pidió resistencia como única forma de vencer, para lo cual puso como ejemplo los años en que comenzaron los primeros brotes de independencia."Trabajaremos con el espíritu de 1868 cuando no había petróleo ni electricidad ni luz ni autobuses ni pollo. Seríamos deshonestos e irresponsables si le dijéramos al pueblo que lo peor ya pasó porque vendrán dificultades mayores. Pero de nuestras mentes y corazones saldrán la victoria", añadió.

El líder cubano advirtió que la producción de alimentos y la zafra del azúcar son las tareas prioritarias en estos momentos de su Gobierno. Reveló que se estaban haciendo verdaderos milagros para que el pueblo tenga asegurado un mínimo de alimentos diarios y vaticinó una lucha ideológica en el país ante incomprensiones por parte de sectores de la población que no admiten los esfuerzos que está haciendo el régimen en este sentido.

En su discurso, de dos horas de duración, Fidel Castro dijo que Estados Unidos es "un coloso goloso que quiere tragarse a la isla" y calificó al capitalismo "como un dulce veneno que convierte a los hombres en fieras". Sin embargo, precisó que Cuba resistirá y se sacrificará en lo que haga falta, aunque jamás cerrará una sola escuela por muy grave que sea la situación.