Shamir: "Vengo a hacer ,la paz con los árabes"

"Vengo a hacer la paz con los árabes y deseo que ellos estén animados -del mismo espírit0, aseguró el primer ministro israelí, Isaac Shamir, a su llegada ayer a Madrid. Pese a ello, el ambiente en la delegación era tenso. El atentado del día anterior contra un autobús israelí, cerca de Nablús, en la Cisjordania ocupada, y otros varios incidentes violentos enturbiaron el clima previo a la inauguración de la conferencia.

"Las negociaciones no serán fáciles, pero hay que intentarlo todo, armados de buena voluntad", afirmó Shamir, quien, en unas declaraciones a la cadena de televisión norteamericana NBC, señaló que "todo puede ponerse sobre la mesa, lo que no quiere decir que cedamos en esto o aquello".Entre los temas de los que se puede discutir figura el mas importante, el de la tierra, es decir, la eventual cesión de todas o par te de las zonas que el Estado he breo controla desde la guerra de los seis días de junio de 1967: Gaza, Cisjordania y las alturas del Golán.

Shamir se declaró feliz de encontrarse en España, donde llega cuando está a punto de conmemorarse el 5000 aniversario de la expulsión de los judíos.

"Justo en el momento en que nos aprestamos a discutir de paz, fuerzas siniestras han decidido matar a inocentes", añadió el primer ministro en alusión al atentado del lunes. Fuentes próximas a la delegación indican que este hecho le ha llevado a endurecer el tono de su intervención en el plenario de la conferencia.

Shamir se entrevistó ayer con el jefe del Gobierno español, Felipe González, el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y el secretario de Estado norteamerirano, James Baker, y tiene previsto hacer otro tanto esta mafiana con George Bush.

Reticencias hacia EE UU

En la delegación israelí, que se alo a en el hotel Husa Princesa, 9 no lejos del palacio de Oriente, se palpaba ayer la inquietud respecto a las intenciones estadounidenses.

El hecho de que Baker haya concedido a la representación palestina,. que teóricamente forma,parte de una delegación conjunta con Jordania, un tiempo de intervención de 45 minutos, el mismo que, a Israel, irrita de forma especial porque se considera una ruptura de lo acordado previamente.

Se estima que los árabes palestinos están claramente favorecidos y que los norteamericanos parecen haber olvidado totalmente sus deberes de imparcialidad.

"No queremos reventar la conferencia, pero hay un límite hasta el que se pueden seguir tragando sapos", asegura un delegado judío. "Negociar la paz no será fácil, incluso si todas las partes dan muestras de buena voluntad", dice, por su parte, el portavoz, Yosi Olmert, quien insiste en la "necesidad absoluta de un clima de confianza recíproca entre Washington y Tel Aviv" si se -quiere avanzar en las negociaciones directas y sin precondiciones que han de seguir a la conferencia de paz.

¿Está Israel dispuesto a aceptar un paquete de compromisos en torno a una triple congelación: de la Intifada, de los asentamientos en los territorios ocupados y del boicoteo árabe durante las negociaciones? "Nadie nos lo ha propuesto", afirma Shamir, "pero la respuesta es no. Nada de precondiciones antes del comienzo del diálogo. Sin embargo, una vez iniciado, palestinos y árabes podrán poner sobre la mesa cualquier proposición, y nosotros la discutiremos".

La negociación con los libaneses, que reclaman la evacua ción del sur de su país por las fuerzas israelíes, se abre bajo me jores augurios. "Estamos dis puestos a negociar la retirada a condicion de que se nos garantice totalmente la seguridad de las poblaciones israelíes de la zona fronteriza", afirma Uri Lubrami, que está previsto que dirija la subcomisión que discutirá con los libaneses.