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Karl Popper arremete contra las modas, los psicoanalistas y los conductistas

El filósofo abre con Laín Entralgo el Club de Debate de la Complutense

Juan Cruz

Mientras dos viejos enemigos se aprestaban a sentarse para hablar de la reconciliación en la conferencia de paz de Madrid, dos veteranos pensadores, sir Karl Popper y Pedro Laín Entralgo, trataron ayer de reconciliar dos unidades aún más conflictivas que aquella historia: el cuerpo y la mente del hombre. Con vigor, a pesar de que uno tiene casi 90 años y el otro 83, los dos, defendieron a su manera que el cuerpo y el alma viven en una sola unidad, el hombre. El coloquio se celebró en la Universidad Complutense, presidido por el rector Gustavo Villapalos y moderado por el catedrático Pedro Schwartz, discípulo de Popper.

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El viejo radical

Popper fue más radical que Laín: epítetos suyos contra los conductistas y contra los psicoanalistas, por citar dos de los ismos contra los que arremetió, no bajaron el listón de la estupidez que estableció el famoso filósofo de La sociedad abierta y sus enemigos para calificar la mayor parte de las modas que acosan hoy al hombre. Laín fue más historicista, pero llegó a conclusiones similare! a las de su veteranocolega. Para los dos, la mente y el cuerpo del hombre van juntos y así será para siempre: el hecho justifica que el hombre dude y que, al contrario que el ordenador, sea capaz, como dijo Popper, de plantearse problemas.

Entre los dos congregaron, en el primer debate de la carpa Tecnociencia'91 de la Complutense, a más de mil estudiantes y profesores. Con un vigor que contradecía sus años Popper expuso sus ideas sin leer ni un solo papel. Firme e irónico, el maestro de la mayor parte de los pensadores liberales del mundo desgranó su teoría sobre la materia y el espíritu.Jalonada de ejemplos, comenzó con un ejercicio práctico: "Cierren los ojos y piensen en algo que les guste. Luego ábranlos para ver qué han aprendido".

Fue un ejemplo para adentrarse en otro: muchos ciegos han recuperado la visión y luego han tenido que aprender a ver a ,interpretar lo que la imagen representa. Este hecho, según Popper, indica que existen dos niveles mentales, el de ser ciego y el de ser vidente, y que ambos conducen a percepciones distintas. El cuerpo reacciona de manera desigual según le manda la mente en una u otra dirección. "Si yo extiendo mis manos cuando estoy cansado no es porque ese ejercicio me sea obligado por el cuerpo, al que le resulta oneroso: es porque la mente quiere que tenga las manos así". Y así levantó las manos el viejo profesor, como si levitara ante los alumnos.

No fue el único ejercicio metodológico: al término de su exposición le preguntaron a Popper cómo conocemos que un gato sabe por su experiencia: "Muy sencillo: cuando al gat o lo encerramos en una habitación y le impulsamos a buscar algo y no lo encuentra debe deducir que se ha equivocado, porque busca de nuevo y encuentra". Laín apoyó la tesis: "Cuando una ameba se equivoca, regresa y'rectifica el gesto, hasta que acierta".

Popper tenía un público entregado, cuando más le aplaudieron fue cuando explicó que el or denador no resuelve la vieja dis yuntiva de la mente y el cuerpo "Creo que. la idea de que los ordenadores hágan lo que hacemos nosotros es un disparate y decirlo constituye una moda. Hay que estar contra las modas, y esta es una porque los ordenadores no podrán nunca descubrir problemas".

Los jóvenes universitarios le premiaron con una ovación. Un regocijo menos explícito acogió esta frase contra los psicoanalistas: "El psicoanálisis es un problema muy serio. Los psicoanalistas creen que el amor es sexo, y punto final. Esa es la tesis fundamental del psicoanálisis y es tan idiota y falsa como la tesis según la cual no hay mente".

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