Los árabes dicen que la paz depende de Israel
JUAN CARLOS GUMUCIO La estrategia de los árabes en vísperas de la inauguración de la Conferencia de Paz sobre Oriente Próximo iba ayer directamente a la médula del histórico ejercicio diplomático con el que Washington y Moscú buscan resolver el conflicto en Oriente Próximo: el éxito o fracaso de la Conferencia de Madrid depende exclusivamente de Israel. Desde la óptica árabe, si el primer ministro Isaac Shamir cuestiona las credenciales de los representantes palestinos o insiste en que Israel jamás cederá territorios y continuará colonizando tierras árabes, entonces la conferencia es un ejercicio inútil que inevitablemente devolverá el viejo conflicto al punto cero y a la posibilidad de una nueva guerra.
El único indicio de buena voluntad por parte israelí fue una promesa de Shamir de que Israel no torpedeará las negociaciones, pero ello no pareció convencer a los árabes. Con el trasfondo de una desconfianza que crecía con las horas, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, formuló un llamamiento a la calma en ambos bandos.El mensaje de Mubarak fue esencialmente una exhortación a la flexibilidad israelí. En una conferencia de prensa en Ismailía, tras reunirse con miembros de la delegación el jefe del Estado egipcio expresó esperanzas de que Israel cambie el tono intransigente una vez abiertas las negociaciones. Mubarak tambien reiteró que el papel de El Cairo será de observador y negó que, de momento, al menos, él proyecte presidir la delegación egipcia.
"Queremos lograr una solución global y vamos a trabajar por lograr ese objetivo", declaró sin dar mas detalles del plan de la diplomacia cairota, aunque sugirió que podría emprender esfuerzos de mediación dada la peculiar situación de El Calro como la única capital árabe que ha pactado la paz con Israel.
Ni la ostensible cautela israelí ni el esfuerzo egipicio por atenuar las tensiones consiguieron, sin embargo, frenar el ímpetu de la campaña palestina para dejar bien claro que desde el primer momento de la conferencia, los delegados que Israel tendrá enfrente representan en realidad a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
De fortalecer la estrategia para que Israel rompa el tabú y acepte finalmente la representatividad de la OLP se encargó el propio Yasir Arafat cuando reafirmó ayer en Túnez que "todo palestino es la OLY'.
Yasir Abed-Rabbo, miembro del comité ejecutivo de la OLP, hizo ayer la más contundente advertencia a Israel cuando prometió en Ammán que los palestinos abandonarían la mesa si mientras se habla de paz, Israel continúa 'construyendo asentamientos. "Si no paran los asentamientos, entonces podríamos dejar las negociaciones", dijo. "Y no estoy bromeando..."
Un millón de colonos
"Estamos hablando de un cese claro, muy claro", añadió Abed-Rabbo, reflejando el sentimiento de la mayoría de los palestinos cada vez más indignados por el hecho de que, desde 1967, la política expansionista ya ha introducido cerca de 100.000 colonos judíos en Gaza y Cisjordania y que, de cumplirse los proyectos del Gobierno de Shamir con ayuda norteamericana, hacia fines de siglo habrá cerca de un millón de inmigrantes judíos soviéticos.
A pesar del calibre y la intesidad del fuego verbal palestino en vísperas de la conferencia, también hubo un discreto intento por tentar a los israelíes a comenzar el diálogo en un terreno menos hostil. Nabil Shaat, asesor de Arafat, declaró en Animán que la oferta de una tregua hecha por el líder palestino hace dos días, va en serio.
Shaat dijo que el tema podría surgir en la fase bilateral de las negociaciones y que el cese de hostilidades palestinas contra objetivos militares israelíes contribuiría a "construir confianza mutua" para futuras conversaciones más amplias.
Faisal al Husseini, que coordinará la delegación palestina, se mostró confiado ayer en Amínán en que las garantías ofrecidas por Estados Unidos a los palestinos en torno a los territorios ocupados podrían llevar a una solución real del conflicto.
Husseini añadió que "Washington no se opone a la confederación de Jordania y los palestinos para formar una delegación conjunta", lo que en su opinión significa que Estados Unidos aprueban que cada uno de los participantes en la conferencia exponga sus puntos de vista.
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