Shamir afirma que Israel no 'reventará' la conferencia

El primer ministro israelí, Isaac Shamir, dice que acude a Madrid dispuesto a no hacer fracasar al conferencia de paz "porque tal vez salga algo de ella". Una de las cuestiones que espera resolver es la de que árabes e israelíes se avengan a una delimitación fronteriza. Sin embargo, suministro de Defensa, Moshe Arens, manifiesta que Israel no está dispuesto a entregar una pulgada de territorio a los palestinos y que su Gobierno no va a ceder a presiones.

"El Ministerio de Defensa ha preparado planes para responder a las diferentes opciones que puedan presentarse en Madrid, pero no hemos preparado ninguno para una eventual retirada o una desmilitarización, porque no hay necesidad de ello, ya que de eso no se va a hablar" en la Conferencia de Madrid, declaró ayer Arens a Radio Israel. Arens, que milita en el ala más intransigente del Likud, sostiene que su Gobierno no va a ceder a ningún tipo de presiones y estima que manifestaciones como la del sábado -cuando unos 30.000 pacifistas se pronunciaron con pancartas a favor de concesiones territoriales, bajo la consigna Israel quiere la paz- no sirven para nada ni van a ninguna parte. "Los intentos de'presionar a la delegación israelí mediante manifestaciones son total mente inútiles", dice.

La mayoría de la población israelí (el 52% de los consultados el pasado mes) es favorable al principio de ceder territorios a cambio de paz, pero a la hora de entrar en detalles comienzan las discrepancias, como hace notar el analista Hanoch Smith, quien señala cómo el 54% de los sondeados se muestra en contra de ceder ninguna parte de los altos del Golán, desde los que se tiene una vista de pájaro sobre Israel. No obstante, Smith considera que los israelíes podrían acabar aceptando la evacuación si se mantiene la tendencia apuntada en los últimos tiempos: hace dos años, el 95% se oponía a ceder parte de los altos del Golán, y el pasado mes de agosto ese porcentaje ya había bajado al 57%.

El Gobierno israelí se reunió ayer por última vez en pleno antes del comienzo de la conferencia para detallar la estrategia a seguir. El primer ministro manifestó a la cadena de televisión norteamericana CNN que "la conferencia de paz será una prueba sobre la voluntad de los árabes de conseguir la paz" y quitó impor tancia al problema de los asentamíentos. "El problema de las colonias no existe para el pueblo israelí", dijo el primer ministro. "Existe una tierra que nostros estamos convencidos de que nos pertenece y los árabes están convencidos de que les pertenece ( ... ) pero a partir del momento en que nos pongamos de acuerdo sobr e las fronteras no habrá problemas de colonia".

"Estamos dispuestos a continuar las negociaciones hasta que lleguemos a un acuerdo", dijo Shamir, quien en manifestaciones a la televisión israelí señaló: "No soy un terrorista y no harré estallar la conferencia de paz porque tal vez salga algo de ella".

Israel sí tiene claro que no piensa cruzar palabra con la OLP. "No nos sentaremos con quien se presente y diga que ha sido propuesto por la OLP, que recibe instrucciones de la OLP", insistió Shamir, primer ministro de un país donde se condena a la cárcel a quien habla con representantes de organizaciones terroristas, entre las que se cuenta a la OLP.

El primer ministro encabezará la delegacion israelí en Madrid, de la que desplazó la pasada semana al ministro de Exteriores, David Levy, acusado de blando por los sectores más radicales del Likud. Shamir intentó ayer convencer a Levy de que le acompañe a Madrid, pero el jefe de la diplomacia israelí dijo que no cambiaba de opinión.