La nueva definición de 'valenciano' mantiene la unidad del catalán
La Academia aprueba la propuesta de Lapesa con correcciones
La voz valenciano aparecerá definida en el Diccionario de la Lengua Española de 1992 como "variedad del catalán, que se usa en gran parte del antiguo reino de Valencia y se siente allí comúnmente como lengua propia". La nueva acepción fue aprobada ayer por unanimidad en el pleno de la Real Academia Española. Según una nota de la Academia, esta definición ya fue aprobada en 1988 a propuesta de una comisión presidida por el valenciano Rafael Lapesa. Sin embargo, contiene algunas modificaciones, aunque la redacción final de la nota oficial no lo reconoce.
El académico Gregorio Salvador, que había propuesto otra acepción, acabó votando finalmente la acepción aprobada ayer. El diccionario vigente desde 1984 define la palabra valenciano como "variedad de la lengua catalana que se habla en la mayor parte del antiguo reino de Valencia". Por su parte, Gregorio Salvador había propuesto que esta voz fuera definida como "el nombre que se da en el reino de Valencia a la variedad de la lengua románica oriental de la península ibérica, compartida con las Baleares y Cataluña y hablada en aquel territorio". En 1988, la Academia aprobó la acepción: "Variedad del catalán, hablada con evolución peculiar en la mayor parte del antiguo reino de Valencia y sentida allí como lengua propia suya".
La definición de Gregorio Salvador había levantado una gran inquietud en sectores universitarios valencianos y catalanes, que la consideraban una vía para iniciar el secesionismo lingüístico. Por contra, desde el partido Unión Valenciana y otros sectores agrupados en torno a la entidad privada Academia de Cultura Valenciana se ha solicitado insistentemente a los académicos que consideren al valenciano como una lengua independiente del catalán.
"Presiones" y "coacciones"
Varios académicos han recibido "presiones", "coacciones" e "insultos" desde "ambos sectores", en expresión de Salvador, ante el debate de ayer. La diferencia entre las definiciones de 1988 y la aprobada ayer suponen "leves correcciones", según una expresión que iba a ser incluida en la nota oficial, pero que finalmente fue suprimida. Los académicos se remitieron a una nota oficial y no efectuaron declaraciones.
El secretario de la Academia, Rafael Alvarado, repartió, una vez finalizada, la sesión, fotocopias a los periodistas y abandonó veloz la sede. Posteriormente, reconoció a este periódico que había "pequeñas diferencias estilísticas" entre la definición aprobada en 1988 y la de ayer.
Únicamente Gregorio Salvador conversó con los informadores tras la sesión. Este académico dijo estar de acuerdo con la definición aprobada y rechazó que en alguna ocasión haya dudado de la unidad de la lengua habl da en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares. "Yo le llamo catalán, pero en Valencia se le llama valenciaro", afirmó. Con estas palabras justificó la presentación de una propuesta alternativa. Salvador aseguró haber recibido en los últimos días presiones e insultos desde la prensa de Cataluña, "algunos de querella".
La polémica desatada sobre el debate de la Academia se explica porque se produce en un momento de enfrentamiento entre instituciones públicas valencianas sobre la lengua autóctona.
Babelia
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