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La historiadora Michelle Perrot califica de "nefasto" el feminismo americano

Editado en España el primer tomo de 'Historia de las mujeres'

La editorial Taurus acaba de publicar el primer volumen traducido al español de la Storia delle donne (Historia de las mujeres), una obra dirigida por los historiadores franceses Michelle Perrot y Georges Duby a partir de un encargo del editor italiano Laterza. Michelle Perrot califica de "nefasto" cierto feminismo estadounidense y dice no haber querido hacer una historia de las mujeres como gueto. Los cinco gruesos libros escritos por un equipo mayoritariamente femenino son, señala, la respuesta a una pregunta que empezó a formularse en 1973.

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"Como estudiante", dice Perrot, "nunca sentí el fastidio o aburrimiento del que habla Jane Austen cuando se refiere a una historia que sólo se ocupa de las querellas entre los papas o los reyes, de guerras y epidemias a cada página, de hombres que no valen gran cosa y casi nunca de mujeres. Pero el auge del movimiento feminista y el nuevo punto de vista aportado por antropólogos como Lévi-Strauss sí me hicieron reconsiderar mi trabajo como profesora. En 1973, con Paulíne Sclimitt Pantel, que precisamente es quien ha dirigido el volumen dedicado a las mujeres durante la antigüedad, organizamos un curso bajo el título ¿Tienen historia las mujeres? Tuvo un carácter casi experimental, muy abierto; invitábamos a hombres y mujeres para que nos hablasen de lo que sabían, haciamos muchas preguntas.".No es Historia de las mujeres el primer intento de respuesta. "En l983", dice Perirot, "también con Pauline Sclimitt Pantel, publiqué un libro, ¿Es posible una historia de las mujeres? Y ahora, con la ayuda (de Duby y de un equipo de 72 personas que se ha ido formando a través de casi 20 años de investigación, el 75% del cual es femenino, presentamos esa historia sobre la que me interrogaba. Nuestro trabajo propone una historia problematizada y que procura relacionar muchos terrenos de la investigación. No nos interesaba hacer una historia del gueto ni reivindicarnos como víctimas santas. Ciertas actitudes del movimiento feminista norteamericano me parecen nefastas. Si en Estados Unidos el comunitarismo se está imponiendo en la Universidad y se exigen cuotas reservadas a la cultura de negros, mujeres, chicanos u homosexuales es porque aquélla es una sociedad que carece de un pasado que sirva como cemento integrador. Puedo reivindicar que las mujeres tengamos lugar en la historia, que se nos estudie, pero nunca se me ocurriría exigir un porcentaje determinado dedicado a nuestro sexo".

Para Michelle Perrot, cierto estalinismo está lejos de haber desaparecido en esferas intelectuales norteamericanas. "En EE UU está reapareciendo la noción estalinista de políticamente correcto a partir de la exigencia de representatividad por grupos", advierte. "Parece más importante ser chicano, mujer, judío o negro que ser ciudadano. Para mí es absurdo creer que las mujeres, aunque sean víctimas, siempre tengan razón. Antes eran los obreros los portadores de la razón histórica, ahora algunas feministas quisieran que el futuro fuese sólo de las mujeres".

Hombres

El volumen dedicado a la antigüedad del pasado femenino se reconstruye en su práctica totalidad a partir de testimonios masculinos. "Incluso cuando las mujeres griegas nos hablan", reconoce Perrot, lo hacen a través de un hombre, de un autor masculino que las ha imaginado. Pero, a partir de ahí, de cómo un sexo representa al otro, ya podemos comprender muchas cosas de la relación entre ellos, entre la historia de lo masculino y la de lo femenino, que es lo que de verdad nos importa".De ahí la importancia de lo cotidiano, aspecto generalmente tan olvidado en las grandes investigaciones históricas. "En los vasos griegos", apunta Michelle Perrot, "aparecen muchas escenas de la vida cotidiana: casamientos, esposas recibiendo a los guerreros, escenas de trabajo, otras de carácter erótico. En las obras de pensamiento, en Platón o en Aristóteles, aunque a veces sea indirectamente, también se habla de la vida de las mujeres. Aline Rousselle, en su artículo La política de los cuerpos, analiza muy bien la sexualidad femenina en Roma, los motivos por los que la esposa, después del tercer hijo, se retiraba de la vida sexual. La mortalidad infantil o de las mujeres en los partos se mantiene casi idéntica desde la época de Augusto hasta el siglo XIX".

La obra utiliza los cortes de tiempo de la historia masculina, pero cuenta la vida de quienes quedaban al margen de las efemérides. "De momento, no tenemos nada mejor", dice Perrot. "No sé si la periodización tradicional predetermina nuestra mirada. Puede que para estudiar las relaciones entre sexos fuesen mejor otros puntos de referencia, que conviniese prescindir de ciertos hechos considerados históricos. Querer precisar dicha relación nos permite ver de manera distinta lo público, lo sagrado, lo que es de la esfera privada o a de la mitología".

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