Bush congela los fondos de Haiti y califica la situación de "amenaza" para EE UU
El presidente de EE UU, George Bush, comunicó ayer al Congreso que había ordenado congelar todos los bienes del Gobierno haitiano en el país. Bush tomó esta medida como respuesta al golpe de Estado del general Raoul Cedrás y porque considera que "los acontecimientos que se han registrado en ese país constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos". El presidente de puesto, Jean-Bertrand Aristide, anunció ayer en Washington que el golpe del general Cedrás ha provocado ya 500 muertes y que la represión continúa en la capital.
Noticias procedentes de Puerto Príncipe dan cuenta de desórdenes aislados, mientras el Ejército mantiene un intenso patrullaje de la ciudad. En la mañana de ayer, Aristide llamó a la desobediencia a los soldados del Ejército en un mensaje por teléfono a la población que fue emitido por la radio Haití Inter. El presidente depuesto dijo que su regreso a Puerto Príncipe "es cuestión de horas o de días, y no de semanas. Ya ha muerto, demasiada gente".La orden de Bush, que impedirá al Gobierno haitiano mover su capital en EE UU, alcanza a la propiedad y los depósitos bancarios y prohíbe también que se efectúe cualquier pago al régimen militar que se ha hecho con el poder. La decisión de Bush se hizo pública poco después de su entrevista con Aristide en la Casa Blanca, al que expresó todo su apoyo. Poco después de hacer un llamamiento para el retorno del legítimo presidente de Haití a su país, Bush dijo a los reporteros: "Esperen a ver qué podemos hacer sin utilizar ningún tipo de fuerza".
Las palabras de Bush coincidían en el tiempo con el viaje de una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) a Haití para advertir a los líde res del golpe militar que se enfrentan a todo tipo de sanciones económicas y diplomáticas si no devuelven el poder al presidente Aristide, vencedor en elecciones democráticas bajo la supervisión de la OEA y la ONU.
La delegación de la OEA partió ayer de la base aérea de Andrews en un Boeing 707 del Gobierno canadiense. La misión estaba encabezada por el secretario general de la OEA, el brasileño Joáo Baena Soares. Bernard Aronson, subsecretario de Estado norteamericano, y los cancilleres de Argentina, Venezuela y Canadá viajaban también a bordo del avión.
La misión de la OEA
Los enviados de la OEA deseaban hablar con el general Cedrás, jefe del Ejército haitiano y líder del golpe. Ayer no se conocían detalles sobre el programa de la misión. No se sabía, por ejemplo, si los delegados de la OEA iban a pernoctar en Haití o se iban a trasladar a Jamaica para pasar la noche y continuar las conversaciones de Puerto Príncipe hoy, sábado.La misión de la OEA tenía previsto informar a Cedrás de que la OEA ha llamado a todos sus miembros a interrumpir sus vínculos económicos y diplomáticos con Haití hasta que los militares abandonen el poder y repongan al presidente Aristlde. Cedrás ha explicado que es el Parlamento el que está a cargo del país y ha negado la existencia de una junta militar.
Aristide visitó fulgurantemente Nueva York el pasado jueves para pedir ayuda al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Durante exactamente 18 minutos, Aristide reclamó pausadamente "apoyo para recuperar las instituciones democráticas de Haití". El Consejo, que le recibió en silencio, pero puesto en pie, escuchó atentamente el discurso improvisado de Aristide, quien espera que la ONU apoye los esfuerzos de la OEA para aislar a los golpistas.
"Haití desea ser libre, y estoy aquí para pedirles que nos ayuden a encontrar de nuevo el camino de la democracia", dijo el presidente, que anunció al Consejo que "conocidos criminales del anterior régimen están llegando a Puerto Príncipe para sumarse a la rebelión y organizar la lucha contra la resistencia democrática del pueblo ha¡tiano". Aristide calificó al líder golpista, el general Cedrás, como "un ser ávido de poder". El presidente Aristide viaja por EE UU fuertemente escoltado por agentes del servicio secreto norteamericano.
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