_
_
_
_
Entrevista:

"Los negros no deben olvidar"

La escritora galardonada con el Nobel habla sobre la realidad surafricana que inspira su obra

"Mis novelas," dice Nadine Gordimer, "son anti apartheid, no por mi aborrecimiento personal del apartheid, sino porque la sociedad, que es la verdadera materia prima de mi trabajo, se da a conocer por sí misma ... Si escribes honestamente sobre la vida en Suráfrica el apartheid se condena solo." Cuando empieza a condenar el apartheid, Nadine Gordimer no puede ocultar su pasión. Se regocija verdaderamente con el hecho de que la pesadilla del apartheid haya terminado. Y no esconde su decepción en lo que considera insuficiente promoción de "el cambio", el cambio hacia el establecimiento de una nueva Suráfrica. La escritora fue elegida Premio Nobel de Literatura el pasado jueves.

Charlamos con ella en una tarde de finales del invierno austral, en su bella casa cerca de Witwatersrand University, en Johannesburgo. Vive en un viejo barrio colonial sólo para blancos de la ciudad. Con un sencillo pantalón de pana y un jersey, parece incluso más frágil. Su aire algo distante, controlado y sereno se desvanece a medida que avanza la conversación.

Pregunta: ¿Qué ha ocurrido en los dos últimos años en Suráfrica?

Respuesta: Creo que no es tan dramático y determinante como en los países de Europa del Este. Aquí ha habido, es obvio, un cambio. Ha sido más un desmoronamiento del antiguo régimen que pasos definitivos hacia el cambio, hacia el establecimiento de una nueva sociedad. Eso está por llegar.

P. ¿Pero está Suráfrica en un periodo de transición? Y si es así, ¿Puede llegar a ser sangriento?

R. Hace dos años todo el mundo decía que nunca habría ningún cambio. Que nunca veríamos a los movimientos de liberación, como el ANC, el PAC, y los demás, legalizados sin un baño de sangre. Por supuesto ha habido muchísima violencia. Una violencia tremenda. Podría decir que "ha sido inevitable". Pero más bien creo que es a causa de la política que ha seguido el Gobierno durante años, años y años. Puedes verlo si miras lo que ha ocurrido con el Inkhata,ahora que sale a la luz. Esta violencia de negros contra negros ha sido provocada intencionadamente para pintar una falsa imagen de los negros. ¿Cuándo empezó? Fue en tiempos de Verwoerd, cuando dividió al país a principios de los años sesenta.

P. Como escritora, usted conoce bien este país. ¿Cree que los negros serán capaces de perdonar en el futuro y que los blancos aceptarán un Gobierno de mayoría negra en este país?

R. Creo que el hecho de que los negros hayan sido tan conciliadores como han sido es muy esperanzador, teniendo en cuenta por lo que han pasado durante 350 años. El hecho de que estén dispuestos a entablar una negociación demuestra que están dispuestos a perdonar. No creo que deban olvidar. Sería un gran error. Por otro lado, con los blancos hay una incógnita. ¿Tienen realmente los blancos alguna alternativa? ¿Dónde irán o dónde pueden ir? Una proporción muy pequeña abandonará este país.ErroresP. Históricamente, ¿cuál ha sido la mayor responsabilidad y el mayor error de los blancos en este país?

R. Esta es una pregunta amplia. Porque se remonta a mucho tiempo atrás. Pero creo que el mayor error, el peor, fue dividir el país en bantustanes. Fue un de sastre. No sólo dió como resultado Buthelezi e Inkhata, sino que tuvo un efecto enormemente desgarrador en la población negra. Ha habido una ruptura de la vida familiar. La gente joven se ha visto arrastrada hacia las ciudades, en las que no se les ofrecía nada. Diría que la política de bantustanes ha supuesto la balkanización de este país. Y lo peor para el futuro, el problema a largo plazo, es la desigualdad del sistema de educación. Que los blancos tuvieran tantos privilegios cuando los negros sólo tenían migajas. En los años 70 el Gobierno gastaba 10 veces más en cada niño blanco que en el negro. La diferencia en la proporción ha bajado de 1 a 5.

P.: Como escritora blanca e intelectual liberal de izquierdas, ¿ha sufrido usted misma el apartheid?

R. Creo que tan poco con respecto a lo que han sufrido los negros que no merece la pena mencionarlo. Pero, durante algunos años mis libros han estado prohibidos.

P. ¿Ha sido perseguida?

R. Bueno, cómo lo diría. No he tenido amenazas físicas por parte del Gobierno. Pero he tenido algunas de la extrema derecha.

P. Luego, ¿no ha sido perseguida políticamente?

R. No. Tres meses antes de que, el ANC fuese legalizado, tuve que declarar en un juicio político. Y, desde luego, tuve la experiencia de ser presionada por el fiscal que dijo: "¿Es Nelson Mandela su líder?" Esta era la pregunta clave. Y yo dije, "sí". Entonces continuó con otra y dijo: "¿Es Uinkante We Sizle (la lucha armada del ANC) su umkete we sizle?' Y contesté que sí. Y quizá sea éste el único acto valiente que he hecho en mi vida. Pero, por supuesto, yo sabía que era un escritora bastante conocida en el extranjero y ésa es una protección importante para mí. Pero no se puede tener esta protección sin usarla. Si sabes que tienes el privilegio de la protección, entonces, tienes que llegar lo más lejos posible. De otro modo, no sé como puedes sentir respeto por tí mismo.

. P. Como escritora, ¿puede describirnos cómo afectó a su mundo el desmantelamiento del apartheid en los últimos años, a su vida y su ciudad, su ciudad de Johannesburgo?

R. Bueno, no podía afectar mucho mi vida personal. Porque en mi vida personal nunca abandoné mi contacto y mi amistad con los negros. Porque yo provenía de un típico medio pequeño burgués blanco y fui educada en la idea de que sólo los criminales, los ladrones y los asesinos iban a la cárcel. ¿Cómo iba a ir yo a visitar a nadie a la cárcel? Pero, por supuesto, se convirtió en algo corriente desde el momento en que los amigos entraban y salían de ella continuamente. Aprendí, como todo el mundo, que hay que mentir. Y, por primera vez en mi vida, a finales de los años 50 y comienzos de los 60 me encontré a mí misma de pie, cerca de las puertas de la prisión, con comida o algo que tenía que llevar. Eso fue lo que realmente cambió mi vida durante aquellos años.

P. Acabo de hablar con Sipho Sepamla, un conocido escritor negro que es también su amigo.

Me ha dicho con amargura que los intelectuales blancos de este país no tienen mucho contacto con los intelectuales negros.

R. No estoy de acuerdo con él. Creo que es un punto de vista muy personal, casi excéntrico. Está claro que hay dos clases de intelectuales. La primera es la clase a la que pertenecen determinados blancos y la Academia. Pero hay personas que, como yo, nunca han formado parte de dicha clase. Nunca. La hemos ignorado desde el principio. Pero dicha clase existe y seguirá existiendo mientras los blancos continúen en el poder. Pero la clase cultural es diferente. Surgió mediante la lucha de oposición contra la cultura del apartheid. Si usted va al Teatro del Mercado en Johanesburgo, podrá ver allí a la gente mezclada.

P. ¿Hasta qué punto tienen los intelectuales negros algo que decir respecto a la creación del futuro de este país?

R. ¿En qué país los intelectuales han dicho algo alguna vez? Es un fenómeno reciente el que haya un hombre como Havel en Checoslovaquia o que aparezca un Mario Vargas Llosa que fue candidato presidencial en Perú. Apoyos

P. ¿Hasta que punto su propia lucha y su propio compromiso político como escritora (así como el de la Asociación de Escritores) han forzado al Gobierno o han tenido un efecto sobre el cambio de política gubernamental en el tema del apartheid? ¿Cree que han dejado alguna huella en esta lucha?

R. Creo que muy poca, salvo que pienso que es importante para el movimiento de liberación negro contar con el apoyo de los blancos. Pero hay un apoyo que tú necesitas y debes ganar haciendo algo tú mismo. La importancia de la escritura sobre esto es muy relativo, ya que la población verdaderamente culta en este país es muy pequeña. Hay menos de cinco millones de blancos y la mitad de ellos hablan afrikaner. ¿Y cúantos de ellos son auténticos lectores de libros serios? Hay que ser realistas en este sentido. Además ha habido tan pocas oportunidades en las ciudades, donde no hay librerías. En las escuelas para negros no hay libros y los libros son muy caros. De forma que como escritora sabías que estabas llegando a una audiencia muy limitada. Sin embargo, pienso que a esos negros y blancos lectores les aportas un espíritu de coraje. Porque estás haciendo que tus personajes digan cosas que de otra manera la gente tiene miedo a decir.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_