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San Sebastián 91 comienza en italiano

La 39ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián provocó ayer una auténtica sorpresa con la película elegida para su inauguración, Caccia alla vedova, una producción de la RAI basada en textos de Goldoni que posiblemente nunca debía haber salido del marco de la televisión. La ceremonia de apertura también tuvo lugar bajo pabellón italiano, pues la madrina elegida fue la actriz Claudia Cardinale. "En nombre de san Marcos, patrón de la serenísima República de Venecia, doy por inaugurado este carnaval", dicen en la anodina Caccia alla vedova, y así de anodina fue la apertura del festival.

La colaboración entre la inteligente productora italiana Silvia d'Amico-Bendicó y diversos colegas soviéticos, alguien a quien se debe nada menos que Ojos negros y Urga, reciente ganadora del León de Oro de Venecia, ha creado ahora Caccia alla vedova, que ambienta su acción en la Venecia del siglo XVIII, la de Longhi y del Canaletto, pero también la de la disipación de costumbres y la decadencia política que fustigó John Ruskin.Crítico feroz de usos y costumbres, Goldoni ataca en su obra, y la película lo repite, los intereses económicos que subyacen debajo de la acción de los inquisidores del temible Consejo de los Diez. A partir de un muy molieriano arranque Goven obligada a casarse con un viejo rico y lascivo), el filme narra la gozosa y prematura viudez de la mujer, una bella Isabella Rossellini -que no ha aparecido por San Sebastián-, los acosos a que la someten tres impagables seductores -un inglés homosexual, un ruso masoquista y un francés fetichista- y su amor, orgulloso y vindicativo, por un no menos seductor conde veneciano.

Con estos elementos, el director Giorgio Ferrara construye una miniatura más que preciosista, manierista, divertida a ratos, tediosa los más y decididamente fuera de lugar en una inauguración de lo que se pretende sea el reencuentro entre San Sebastián y el cine de investigación y riesgo.

Levantar vuelo

No resultaría incluso desacertado haber colocado la película en medio de la selección oficial, pero cuesta realmente trabajo comprender el porqué se da a un filme así la ocasión de inaugurar un festival al cual le hace falta, y de manera absolutamente imperiosa, levantar vuelo, reencontrarse consigo mismo.

El delegado general del certamen, el belga Rudi Barnet, ha afirmado: "Una película como Batman no sería jamás elegida por mí para comenzar este certamen que apuesta por los nuevos creadores y por el cine independiente". También ha dicho que San Sebastián ha "rechazado muchas de las películas que ha elegido Venecia". Bien, pues vista la película de apertura, la impresión general es que San Sebastián se presenta como si fuera el hermano menor de Venecia.

Junto con Claudia Cardinale han llegado al festival los actores Klaus Kinski, Jane Seymour y Malcolm McDoweIl. También se encuentra ya en San Sebastián el jurado, que ayer mismo estaba deshaciendo las maletas. Está formado por Fernando Colomo, Xabier Elorriaga, Paul Leduc, Bodo Frünt, Karen Shaknazarov y Janusz Morgenstem.

Y poco más, pues de momento el misterio de esta edición, que tiene al frente un nuevo equipo directivo, no comienza a desvelarse.

La única novedad real es la carpa construida entre el teatro Victoria Eugenia y el hotel María Cristina. Pero este llamado palacio de cristal no es tal, sino construido con plástico; da la impresión de ser una especie de preservativo gigante, un invernadero almeriense o, si cabe, el recinto para una carpa de circo. El festival, la, competición, comenzará hoy, y Rudi Barnet y el equipo que ha seleccionado las películas -formado por Fernando Méndez-Leite, Javier Rebollo, Alfredo Knuchel, Manuel Pagola y KoIdo Anasagasti- deben tener cuidado, porque, ya se sabe, hay circos con tan mala suerte que les crecen los enanos y, claro, se hunde.

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