Ucrania, la puerta a Europa
La segunda república de la antigua URSS se prepara para vivir libre
"Nuestros antepasados se equivocaron, hace ahora tres siglos, al buscar en Rusia un aliado que nos defendiera de Polonia. Pero ahora por fin somos libres para elegir nuestro futuro. Queremos volver a Europa y conseguir un papel importante, como nos corresponde, de aquí al año 2000. Tenemos tiempo". Mijail debe de tener unos cincuenta años. Lleva varios días paseando su bandera azul y amarilla de Ucrania por las calles de Kiev, la capital, y está eufórico ante la marcha de los acontecimientos.
Mijaíl no se fía demasiado de Moscú. "Los que están decidiendo ahora sobre la soberanía de los Estados de la antigua URSS", dice, "son los mismos que nos han negado el pan y la sal durante muchos años. No podemos bajar la guardia. Hay que seguir conquistando nuestra independencia".Éste es el lema que recorre las calles de Klev desde que, el pasado día 26 de agosto, se declarara la soberanía del segundo Estado más importáte de la hasta hace muy poco Unión Soviética: hay que seguir luchando. El pueblo ucramo sabe muy bien lo que es perderlo todo de un día para otro. Su memoria le lleva a 1922 o a 1939. Dos fechas claves en la historia de esta república de 600.000 kilómetros cuadrados de extensión (más grande que España y Portugal juntas) y 51 millones de habitantes. La primera, marca su integración forzosa en la URSS tras la cruenta guerra civil que azotó el país, y la segunda, la anexión de Moscú de la región más occidental de la república, hasta entonces bajo bandera polaca, en virtud del acuerdo Stalin-Hifier.
Son como dos dardos clavados en el corazón de las dos ciudades más importantes de Ucrania. Klev recuerda 1922 con decepción, y Lvov, capital de la provincia occidental, rememora 1939 con la misma rabia que sus colegas de Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia o parte de Bielorrusia. Todos ellos perdieron su identidad al estampar sus firmas en el papel los ministros de Exteriores de la Alemania nazi y la URSS estalinista, Von Ribentrop y Molótov. Uno y otro forman parte de la leyenda negra en la parte polaca de la república.profundidad de su historia rusa. Una extraña mezcla que les lleva a discutir agriamente en las calles y las plazas de Klev y a reflexionar luego sobre los acontecimientos antes de tomar sus decisiones. Quieren actuar rápidamente. Pero esa prisa no les impidé sentarse a negociar con sus ahora vecinos de Rusia o planificar los pasos que hay que dar para ser un Estado moderno de la nueva Europa. Las últimas decisiones adoptadas por su Parlamento son un ejemplo de esa mezcla de sangres.
Sin causar destrozos
Ucrania declaró su soberanía y estalló en manifestaciones de júbilo; pero los habitantes de Klev llevan más de una semana estudiando concienzudamente cómo derribar la estatuta de Lenin en la plaza de Revolución sin causar destrozos. El pueblo reaccionó airado ante la amenaza del presidente de Rusia, Borís Yeltsin, de renegociar sus fronteras; pero sus gobernantes firmaron un acuerdo de buena vecindad con Moscú y congelaron el espinoso asunto de Crimea. Así se suceden los acontecimientos en Ucrania: impulsos agresivos, que luego se asientan y culminan en acciones organizadas.Probablemente por eso, Ucranla será una de las repúblicas de la antigua URSS que antes consigan integrarse en la nueva Europa. Por eso y por su propia fuerza. Porque esta república, calificada durante años como el granero de Europa, tiene un enorme potencial económico. En sus campos se cosechan dos tercios de la remolacha y el 45% del trigo que consume la Unión Soviética. Además, en las 25 regiones que componen la repúblicase despliegan importantes industrias que abastecen a todo el país. Industria pesada, equipos industriales, metalurgia, maquinaria, material eléctrico y electrónico, ordenadores, automóviles, camiones, tractores... y hasta aviones, ya que a pocos minutos del centro de Klev se encuentra la mayor fábrica aeronáutica de la URSS, en la que se construye el mayor avión del mundo: el Ruslán, cuyo nombre representa a un héroe mítico ruso, inmortalizado por Pushkin en su poema Ruslán y Ludmila.Pero Ucrania no tiene solamente un enorme potencial económico, sino también intelectual. En Kiev existen 18 centros de enseñanza superior, una Academia de Ciencias envidiada en toda la Unión y 24 museos, en los que se da cuenta de la historia de una ciudad que acaba de cumplir 15 siglos. La segunda más antigua de la URSS, después de Ereván, capital de Armenia. Los habitantes de Klev se sienten orgullosos de su pasado. Juan Magushinets, catedrático de Lenguas Románicas de la universidad de la capital ucrania, explica que "dentro de menos de un año seremos plenamente autónomos. Tendremos una universidad autorregulada y autofinanciada.Decidiremos nuestros planes docentes y podremos hacer olvidar los largos años de terror y de sumisión".
La lucha continúa
Juan tiene 52 anos y nació en la parte occidental de la repúblilca; la más radical. Este catedrático cuenta que su universidad ha sido siempre muy vanguardista. "La fachada principal de las facultades de ciencias sociales", explica, "está pintada de rojo. Y no es casualidad. Fue el propio zar Nicolás el que mandó pintarla de ese color, como denuncia de los movimientos antizaristas de la época. Siempre la hemos mantenido así para recordar que los intelectuales tienen que ser críticos y luchar por la libertad".Pero la lu.cha continúa. Y, como casi siempre, a veces se pierde la razón al reivindicar algunos territorios. Ése es el caso de la vigesimoquinta región de Ucrania, Crirnea, que los ucranios defienden ahora como algo suyo, contra viento y marea. Y no es suyo. Esta vez tiene razón Borís Yeltsin. Cuando el presidente de Rusia anunció hace 10 días su intención de renegociar las fronteras con las repúblicasque declararan su soberanía se refería sobretodo al territorio de Crimea. Una región históricamente rusa., conquistada con sangre de viejas guerras cruentas y regalada a Ucranla por el único presidente- soviético oriundo de esa república: Jruschov.
La península de CrImea es importante para Moscú no sólo por la historia, sino también por su posición estratégica y sus posibilidades turísticas. A las orillas del mar Negro se encuentra el histórico puerto de Sebastopol (donde descansa parte de la Armada soviética) y centenares de residencias para uso exclusivo de los goberriantes soviéticos. Precisamente allí esta la dacha en la que estuvo recluido Mijaíl Gorbachov durante los tres días del golpe militar frustrado.Nadie pone en duda que cuando la. situación política se normalice y las aguas vuelvan a su cauce, las repúblicas soberanas de Rusia y Ucrania negociarán una solución razonable para que Crimea vuelva a depender de Moscú. En Klev saben que si la república uci-anlana quiere <,ser democrática y, europea, tiene que respetar la historia. Esa hl storia que tanto recuerdan ahora decetia de miles de ucranlanos que piden libertad.
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