Fidel Castro afirma que la revolución cubana "no cambiará nunca de idea ni de nombre"

ENVIADO ESPECIALEl presidente del Consejo de Estado cubano, Fidel Castro, lanzó en la noche del viernes (madrugada del sábado, hora peninsular española) un duro alegato contra la ola de neoliberalismo económico que, según él, invade el mundo, contra todo intento de introducir reformas sustanciales en la isla que permitan el acercamiento del actual régimen comunista a un sistema de libertades. Castro, que llegó a calificar de basura a la propiedad privada, sentenció: "Una revolución como la nuestra no cambiará nunca de idea ni de nombre".

La advertencia de Castro se produjo en el curso de un largo mitin con el que se conmemoraba el 38º aniversario del asalto al cuartel de Moncada, acontecimiento que el régimen cubano incluye entre las fechas nacionales y que recuerda la primera insurrección armada del hoy líder de este país contra la dictadura de Fulgencio Batista. La intervención de Castro duró exactamente 2 horas 45 minutos, de las que una hora la dedicó a exaltar la personalidad del presidente del Consejo Nacional Africano (ANC), Nelson Mandela, invitado de honor en este acontecimiento y presente, junto con el ex presidente de Nicaragua Daniel Ortega, en el mitin.El discurso de Castro se desarrolló en la plaza de Victoria Girón, de la localidad de Matanzas, a 100 kilómetros de La Habana. Sus palabras fueron seguidas en disciplinada actitud por decenas de miles de personas que, desde al menos cuatro horas antes, aguardaban impacientes bajo un sofocante calor el comienzo del acto. Dos ikurriñas ondeaban, entre un sinfín de banderas cubanas, durante el tiempo que duró la intervención del comandante.

España y Guadalajara

España no fue citada en ningún momento del discurso, aunque sí elogió el espíritu en que se desarrolló la reciente cumbre de Guadalajara (México), que reunió a los primeros mandatarios de Latinoamérica con los de España y Portugal. Toda la ira de Castro se centró en Estados Unidos y en el bloqueo a que tiene sometida a la isla. "Cuando desprecio al enemigo, experimento un ligero placer", dijo el líder cubano.La presencia de Mandela resultó un revulsivo para encender a las masas en un momento de profunda crisis interior, que no sólo afecta a la economía de la isla caribeña, sino que está provocando erosiones en ese amplio sector de la capa social que se mantiene fiel al sistema, molesto por la escasez de productos de primera necesidad.

Matanzas fue elegida sede de los actos del 26 de julio precisamente por el esfuerzo y sacrificio numantinos con que sus habitantes están respondiendo, según el líder cubano, al bloqueo impuesto por Washington. Castro llegó a pedir a los asistentes que se multiplicaran en sus esfuerzos, "porque si ahora los tiempos son difíciles, más adelante serán peores", y reclamó "heroísmo y valentía" sin límites frente a las pretensiones exteriores que, en su opinión, tratan de devolver al país "al capitalismo, a la prostitución, al saqueo del tesoro público y a la discriminación racial".

Nelson Mandela, que precedió a Castro en el acto de Matanzas, hizo un discurso de gratitud a Cuba por haber contribuido durante 15 años, con su contingente militar en Angola, a cambiar la correlación de fuerzas en África. Para Mandela, la batalla de Cuito Cuanavale, en la que los internacionalistas cubanos infligieron una severa derrota al Ejército del régimen de Pretoria, supuso el inicio de un proceso que procuró alcanzar la paz en Angola, la independencia de Namibia y la victoria sobre el apartheid de Suráfrica. "Cuba es el país que más ha hecho por la independencia de África, y la contribución de sus internacionalistas no tiene paralelo, jamás debe claudicar. Sabemos que atraviesa dificultades, pero también sabemos que no se doblegará. Cuba es el faro y guía de los pueblos en libertad", dijo el dirigente africano.