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A Menem se le acaba el plazo

El presidente argentino cumple dos años en el poder y entra en el tramo decisivo de su mandato

Tras una semana de brindis continuos en la que festejó su cumpleaños, la boda del ministro del Interior -celebrada en su residencia oficial-, los dos años que lleva en el poder y un nuevo aniversario de la independencia de Argentina, el presidente Carlos Menem, de 61 años, se enfrenta ahora al tramo decisivo de su mandato. Cuando asumió el poder, Menem pidió "de dos a tres años" de plazo para que se pudieran apreciar los beneficios de su gestión. Sin embargo, en dos meses afrontará su primera prueba electoral, y las encuestas indican que la mayoría no le concederá el tercero.

Las próximas elecciones de parlamentos y gobernadores provinciales supondrán la primera prueba electoral para el Gobierno de Carlos Menem. Si la sociedad argentina confirma en las urnas lo que insinúan los sondeos -como ejemplo, el peronismo perdería el poder en más de diez gobiernos provinciales de los 20 que tiene- y le asesta un duro golpe al Gobierno, es probable que se astille el último trozo de espejo donde insiste en mirarse el llamado menemismo. El retroceso electoral podría forzar el pacto democrático que el ex presidente Raúl Alfonsín reclama ahora desde la oposición, pero que no impulsó en su momento, cuando el Gobierno de la Unión Cívica Radical tenía todavía apoyo popular.Por caminos distintos, los dos grandes partidos políticos del país han llegado a la misma conclusión. El acuerdo, impuesto también como condición indispensable por el Gobierno de Estados Unidos en representación de los principales acreedores exteriores, está ya en marcha ante la necesidad que tienen ambas fuerzas de detener la fuga de votos hacia partidos de reciente formación, en algunos casos vinculados a la ultraderecha civil y militar. El ex teniente coronel Aldo Rico, segundo del coronel Seineldín dentro de los sectores carapintadas del Ejército de Tierra, alcanza ya el 8% entre las intenciones de voto para la gobernación de la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país.

Planes económicos

El tiempo pasa velozmente también para el plan económico del ministro Domingo Cavallo, que estableció la libre conversión del austral con el dólar y se comprometió, por ley, a no emitir dinero sin respaldo. La reducción drástica de la inflación a niveles inferiores al 5% mensual en los primeros 100 días de aplicación no es suficiente para justificar el estado de pobreza en el que se van sumergiendo franjas cada vez más amplias de la población.En la "carta de intención" que acaba de enviar al Fondo Monetario Internacional, Cavallo sólo promete ajustar aún más el gasto del Estado y aumentar la recaudación por impuestos. Según el ministro, el objetivo es perseguir a los grandes evasores. En medio del trámite para un nuevo crédito exterior están las elecciones, y el plan no resiste sin un apoyo político considerable. Cavallo ha visitado a Alfonsín en su casa, y decidió someter cada nueva medida económica a la voluntad del Congreso, en contra de la opinión de Menem, que no soporta las críticas de Alfonsín y que hasta hace tres meses gobernaba por decreto.

Menem y el menemismo son el único obstáculo serio para que peronistas y radicales firmen con el resto de los partidos lo que llaman "pacto democrático o de gobernabilidad". Ese acuerdo, es el paso previo a la reforma de la Constitución en la que se reduciría el mandato presidencial de seis a cuatro años a partir de las próximas elecciones generales, se aceptaría la reelección y se incluiría la figura del primer ministro o ministro coordinador del Gabinete.

El presidente parece dispuesto a resistir. Promueve personalmente las candidaturas extrapartidarias más insólitas, como las de Carlos Reutemann, un ex piloto de Fórmula 1, en la provincia de Santa Fe, o la del cantante Ramón Palito Ortega en la de Tucumán, y ha ordenado alianzas con cualquiera que pueda ganar en cada distrito, "hasta con el diablo si es necesario, pero menos con los radicales". Sin embargo, su estilo Fujimori de hacer política, y su imagen, en la que se aprecia el buen trabajo plástico que le hizo una avispa, parece que no bastan, tras dos años de plan de ajuste, sucesión de ministros -22 entre muertos y despedidos-, indultos y escándalos familiares, para que la sociedad confle en él una vez más.

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