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Carlos Fuentes dice que en la diversidad cultural radica el nuevo orden mundial

El escritor leyó la lección inaugural de los cursos de verano de la UIMP en Barcelona

Si es verdad que tras la Guerra del Golfo tiene que crearse un nuevo orden mundial, la única opción posible para los países pobres es basarlo en la diplomacia, el derecho y la aceptación de la diversidad cultural. Para el escritor mexicano Carlos Fuentes, que defendió enérgicamente esta tesis en la lección inaugural de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Barcelona, este nuevo orden no significa el triunfo del capitalismo ni el fin de la lucha social, que tendrá que retomarse desde posiciones de izquierda.

El escritor, que prepara una novela y un libro de cuentos cortos, aprovechó la ocasión para solicitar la ayuda europea en el desarrollo latinoamericano. "Somos la otra cara de Europa", dijo Fuentes. "Ni Europa ni Japón pueden quedarse al margen de América Latina".Fuentes habló orgulloso, recordando los últimos 50 años en la historia del mundo y las consecuencias funestas que la bipolaridad entre el marxismo y el capitalismo tuvieron para el desarrollo democrático y económico de Latinoamérica. "La negación de cualquier movimiento propio, no relacionado con estas dos corrientes, fue el gran drama de la guerra fría", dijo Fuentes, para quien los países del Este pagaron la intransigencia ortodoxa de Moscú y América Latina el recalcitrante anticomunismo estadounidense. Ni unos ni otros pudieron desarrollar sus propias posibilidades, y lo que el pueblo quería, los gobiernos lo negaban.

Crítico con Washington y Moscú, Fuentes recalcó los esfuerzos que históricamente ha realizado América Latina para defenderse del coloso del Norte. Unos esfuerzos basados en la diplomacia y la creación de normas de derecho internacional que, sin embargo, no siempre han tenido el resultado deseado.

Para Fuentes, mientras en Europa están resurgiendo viejos nacionalismos al tiempo que se crea un nuevo sistema económico global, en América Latina, la cultura y la nación coinciden, no hay separatismos ni nacionalismos, pero en cambio nación y economía global siguen sin coincidir. "Desde hace siglos hemos desarrollado una cultura del mestizaje, que nos ha llevado a vivir la historia como algo culturizable, la continuidad cultural reside en la misma sociedad civil, pero el estado es insuficiente".

Si la identidad cultural está a salvo, otra cosa es la integridad personal y nacional de América Latina. "Lo que nos hace falta internamente es justicia, e internacionalmente el reconocimiento de nuestra independencia", dijo Fuentes. "Ahora, con la desintegración del comunismo, también ha desaparecido el fantasma de la represión y ya no habrá la excusa de acusar de agente de Moscú a todo aquél que quiera hablar de mejoras sociales, derechos humanos o una mejor distribución de la riqueza".

Para Fuentes, la Guerra del Golfo demostró que había un sólo imperio, el estadounidense, pero también que "es el primer imperio pobre de la historia ya que tuvo que mendigar a Alemania y Japón los fondos necesarios para pagar su despliegue militar que, por otra parte, convirtió a sus soldados en mercenarios". Otra consecuencia de esta guerra es, según el escritor mexicano, la evidencia de que toda América, del Sur al Norte, tiene que solucionar sus propios problemas internos antes de poder realizar ningún otro despliegue exterior.

"Históricamente, Estados Unidos ha necesitado un enemigo externo", dijo Fuentes. "Pero ahora se ha quedado sin villanos, o mejor, los tiene dentro. Son la destrucción del medio ambiente, los problemas sociales, el crimen y la desintegración de las infraestructuras".

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