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Borís Yeltsin viaja a EE UU para explicar a Bush y al Congreso su programa de reformas en Rusia

CARLOS MENDO Borís Yeltsin, el primer líder elegido democráticamente en la milenaria historia de Rusia, inició ayer una visita de tres días a Washington destinada a explicar al presidente George Bush y a los líderes del Congreso norteamericano su programa de reformas en la Federación rusa y sus relaciones con el presidente soviético, Mijaíl Gorbachov. Bush, que tiene previsto recibir a Yeltsin en la Casa Blanca mañana jueves, se ha abstenido por el momento de hacer ningún comentario sobre esta entrevista en un intento de no minar la ya difícil situación interna de Mijaíl Gorbachov.

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La llegada de Yeltsin a Washington se produce a las 24 horas de un ataque demoledor lanzado por el primer ministro soviético, Valentín Pavlov, representante del ala más conservadora del partido comunista de la URSS, contra un plan de reforma económica, preparado por el economista Grigori Yavlinski en colaboración con un equipo de profesores de la Universidad de Harvard, y que, aparentemente, contaba con las bendiciones de Gorbachov.La intensidad del ataque de Pav1ov contra el programa elaborado por YavIinski y los técnicos de Harvard, que, según todos los indicios, iba a constituir la base de la intervención de Gorbachov en la reunión de julio del Grupo de los Siete en Londres ha causado consternación en Washington y ha aumentado las dudas norteamericanas sobre las posibilidades reales del presidente soviético para llevar a cabo una transformación en profundidad del sistema económico de la URSS.

Portavoces cualificados de Yeltsin, en sendas declaraciones en Moscú y Washington, han puesto de relieve que el viaje del presidente electo de la Federación rusa a EE UU no debía interpretarse en Occidente como un intento de competir con las actividades internacionales de Gorbachov.

Un viaje informativo

"El propósito del viaje [de Yeltsin]", manifestó en Moscú el ministro ruso de Exteriores, Andrel Kozyrev, "es informar a EE UU y a la comunidad mundial que Rusia, donde el pueblo ha optado por la democracia, está dispuesta a conseguir la estabilidad política por medio de unas reformas económicas amplias y radicales". "No se trata", añadió, "de competir con el programa de visitas internacionales del presidente soviético".

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Por su parte, el miembro del presidium de la Federación Rusa, Víctor Yugin, manifestó, en una conferencia de prensa organizada en la Embajada soviética para explicar el viaje de Yeltsin, que el presidente ruso no tenía intención de "solicitar ninguna ayuda específica de EE UU".

Yeltsin, que ha sido invitado a visitar la capital norteamericana por los líderes parlamentarios de los dos partidos, dedicará el día de hoy a visitar el Capitolio, donde tiene montado un amplio programa de entrevistas, antes de ser recibido mañana por Bush en la Casa Blanca.

George Bush, que ha pasado un largo fin de semana en California y Colorado en una visita destinada a promocionar sus programas políticos domésticos, se ha abstenido por el momento de hacer ningún comentario concreto sobre su entrevista de mañana con el presidente ruso en un intento de no minar la ya dificil situación interna de Mijaíl Gorbachov.

Cumbre Bush-Gorbachov

El presidente norteamericano anunció el lunes por la noche a los periodistas que viajaban con él en el Air Force One que había recibido "una propuesta muy positiva" de Gorbachov relativa a las negociaciones sobre armas estratégicas (START), que las dos superpotencias celebran en Ginebra y cuya conclusión es el único obstáculo que se interpone a la celebración de una cumbre entre los dos jefes de Estado.

Bush manifestó que el tratado START estaba completo "en un 96%", aunque añadió que las dificultades que quedaban por resolver eran "importantes". "Se ha producido un acortamiento de las diferencias, pero las que quedan son dificiles e importantes", declaró.

Con relación a la celebración de la cumbre, Bush dijo que, aunque no quería crear esperanzas vanas, su deseo era reunirse con Gorbachov antes de iniciar en agosto sus vacaciones veraniegas. Funcionarios de la Casa Blanca han reiterado que, a pesar de las buenas intenciones de Bush y salvo un acuerdo de última hora en las conversaciones START, una cumbre en Moscú no podría celebrarse, por lo menos, hasta finales de julio.

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