_
_
_
_

Abolida en Suráfrica la última gran ley de segregación racial

La ley de clasificación de la población en función de la raza, que constituía la última gran ley del sistema de segregación racial en Suráfrica, o apartheid, fue abolida ayer por el Parlamento surafricano con los únicos votos en contra de los 38 diputados blancos del Partido Conservador (oposición oficial de extrema derecha). La ley abolida estaba en vigor desde 1950, dos años después de la llegada al poder del Partido Nacional.

Más información
Ni blancos ni negros

La aplicación de la Population Registration Act, nombre inglés de la ley, ha causado innumerables tragedias y sufrimientos a decenas de miles de personas en Suráfrica. Hombres y mujeres vieron determinada su existencia desde su nacimiento en función del color de la piel, el tipo de pelo y de algún indicio de sangre "no blanca" en sus venas. La escuela en que deberían estudiar, el barrio en el que serían obligados a vivir, e incluso el cementario en el que serían enterrados eran asignados a partir de la clasificación establecida en dicha ley.En la práctica desde el pasado mes de febrero los surafricanos no estaban obligados a registrar a los recién nacidos, pero formalmente será a partir de finales de junio cuando los habitantes de este país no pertenecerán a ningún grupo racial, y las leyes no tendrán en cuenta el color de la piel de los ciudadanos.

Mestizos e indios

Las Cámaras mestiza e india dieron su apoyo a la revocación de la ley, aunque con dicha actitud han cavado, probablemente, la tumba de sus puestos de trabajo. Bajo el sistema de apartheid, la población india, blanca y mestiza tenían su propio "gobierno" indio y mestizo que administraba la mayor parte de su vida cotidiania, incluyendo la vivienda y la educación.

El Parlamento blanco tiene las competencias más importantes como Asuntos Exteriores, Economía y Defensa. El concepto de parlamento tricameral constituye el más claro ejemplo del apartheid, con un elevado coste económico. En la medida que indios y mestizos no existen ya según la ley, todo indica que el Gobierno central asumirá la administración del sistema.

La mayoría negra no ha jugado papel alguno en el sistema parlamentario tricameral, que se consideró un paso positivo cuando entró en vigor, hace siete años. El Gobierno del entonces primer ministro P.W. Botha concedió el derecho de voto a los negros exclusivamente en sus áreas tribales, ya que no tenían nada que decir sobre la administración; de la Suráfrica blanca.

Aunque la legislación del apartheid queda oficialmente abolida, la segregación racial continua en vigor en varios aspectos. La mayoría negra no tiene todavía derecho a voto ni capacidad de intervención en lo que al Gobierno se refiere. Esta cuestión sólo se podrá modificar enmendando la Constitución.

El Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela y el Gobierno de Frederik de Klerk se hallan inmersos en conversaciones para alcanzar el multipartidismo, pero hasta ahora no se ha llegado a ningún acuerdo. El ANC insiste en la necesidad de nombrar un gobierno provisional que convoque a una Asamblea Constituyente, encargada de redactar una nueva Constitución, en un proceso similar al seguido por Namibia en 1989.

Washington expresó su satisfacción por la medida, aunque puntualizó que la Administración Bush no levantará todavía las sanciones económicas contra Suráfrica. Un portavoz del Departamento de Estado dijo que Pretoria ha satisfecho cuatro de las cinco condiciones impuestas por el Congreso norteamericano en 1986 para la suspensión de las sanciones. Para Washington la quinta condición, la liberación de todos los presos políticos, no ha sido totalmente cumplida, a pesar de las alegaciones del Gobierno surafricano.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_