Críticas a la Iglesia católica en la apertura de la Conferencia Internacional sobre el Sida

ENVIADA ESPECIALLa Iglesia católica ha impedido, en aras de supuestas razones morales, que muchas personas hayan puesto los medios para evitar el contagio del sida. Éste fue, en resumen, el contundente mensaje que, sin eufemismos ni concesiones a la diplomacia, vertió en el acto de inauguración oficial de la VII Conferencia Internacional sobre el Sida, que ayer se inició en Florencia, el portavoz de las organizaciones de enfermos y personas infectadas por el virus, Luigi Cerina, de la Coordinadora Nacional de Personas Seropositivas de Italia.

En la misma dirección planteó sus críticas el representante de las organizaciones no gubernamentales, Juan Jacobo Hernández Chávez, del colectivo Sol, de Méjico, quien denunció que en este país y en muchos otros de Latinoaménca, todavía hoy es habitual la detención y posteriores malos tratos a los miembros de los comités que salen a la calle para repertir información y preservativos con los que luchar contra el sida. Los miembros de los comités son acusados de promover la homosexualidad y las malas costumbres.Apenas unos minutos antes de estas duras críticas por parte de los representantes del aspecto social del sida, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Betheda, Estados Unidos, había mostrado una panorámica optimista de la actual situación de la lucha de la comunidad científica por doblegar la enfermedad.

Vacuna

Fauci afirmó que en los próximos cinco años se van a producir avances decisivos pues se está a punto de resolver algunos de los problemas que impiden obtener una vacuna eficaz. Éste será uno de los temas estelares del congreso que ayer se inició con la presencia de más de 8.000 participantes llegados de todo el mundo."De nada servirán los avances médicos", advirtió Cerina, "si los organismos internacionales y muchos gobiernos actuan secuestrados por ideologías pseudoliberales, sexistas y clasistas, que practican el terrorismo sexofóbico y que, en consecuencia, colaboran en la propagación de la enfermedad. Nosotros, enfermos de sida que vamos a morir, acusamos de criminales a estas ideologías prohibicionistas". "Muchos de nosotros", añadió, "somos católicos y vemos con dolor y escándalo cómo la Iglesia católica es la abanderada de esta postura".

Cerina apoyó sus acusaciones con un dato que consideró escandaloso: "Allí donde no han triunfado las políticas prohibicionistas, en Amsterdam, sólo el 8% de los drogadictos son seropositivos, mientras que allí donde predominan y en el sur de Europa el 70% de los drogadictos han sido infecta dos por el virus".

Junto a los expertos asisten al encuentro de Florencia 250 afectados y personalidades como la madre Teresa de Calcuta, o Liz Taylor, que se ha destacado en su lucha contra la enfermedad.

Ponencias

Giovanni Spadolini, presidente del Senado italiano, sustituyó al presidente de la República, Francesco Cossiga, en la inauguración de la conferencia, en la que está prevista la presentación de 432 ponencias en distintos palacios de la ciudad. Una de las expectativas de la conferencia es la posibilidad de saber más o menos aproximadamente los casos de sida que existen en África, ya que los datos oficiales, suministrados a la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 81.019 afectados, son considerados por todos los especialistas como alejados de la realidad.Las cifras de la OMS de finales de mayo indican que a principios de 1991, entre ocho y 10 millones de adultos y cerca de un millón de niños habían resultado infectados por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), cifra que para el año 2000 llegará a 40 millones.

Los expertos intercambiarán experiencias y estudios sobre los nuevos fármacos antivirus, los mecanismos de repetición del virus, la transmisión de la enfermedad de la madre al feto y el contagio entre los afectados de VIH. En la actualidad, según el director del Programa Global de Lucha contra el Sida (PGS) de la OMS, Michael Merson, se están desarrollando 11 tipos diferentes de vacunas, algunas de las cuales pueden servir para la prevención de la infección del virus y otras, llamadas terapéuticas, están destinadas a la prevención del desarrollo del síndrome.