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Hacienda reconsidera su objetivo de equilibrar el presupuesto en 1992

La diferencia entre los ingresos y los gastos no financieros del Estado para 1992 deberá ser cero, según la carta de intenciones presentada por Hacienda a los demás ministerios. Sin embargo, ya para 1991 la previsión es que no se podrá cumplir el objetivo inicial de situar el déficit público en el medio billón de pesetas (0,9% del PIB); Hacienda baraja una nueva cifra de déficit cercana a los 800.000 millones (1,5%), por lo que fuentes de ese ministerio indican que para 1992 habrá que volver a retrasar el objetivo de un presupuesto equilibrado.

Antonio Zabalza, secretario de Estado de Hacienda, planteó a los secretarios de Estado y secretarios generales de los ministerios que el Presupuesto de 1992 debería volver a ser restrictivo. En una reunión celebrada a finales de la pasada semana, Zabalza agitó la bandera de un déficit público cero en 1992.Se trata de un objetivo acariciado desde hace tres años por Hacienda y siempre rechazado por los demás ministerios, sobre la base de que el Gobierno en su conjunto nunca ha tomado una decisión política en este sentido, a pesar de los reiterados intentos del titular de Economía, Carlos Solchaga.

Un déficit cero implicaría un crecimiento nominal de los ingresos de entre el 8% y el 9% -13,7% previsto para 1991- y, prácticamente, la congelación del gasto. La razón es que no se espera una fuerte recuperación de la actividad económica ni un significativo avance de la lucha Contra el fraude. Con este punto de partida, y para que el presupuesto resulte equilibrado, el gasto público apenas debería crecer.

Sin embargo, a la vista de los resultados esperados para este año, el objetivo de déficit público cero para 1992 se ha interpretado por otros ministerios como una posición negociadora de partida, más que como un propuesta realista. Fuentes de Hacienda coinciden en esta apreciación y señalan que lo normal es que el Presupuesto que apruebe el Gobierno el próximo mes de septiembre sitúe el déficit público en el entorno del 0,5% del PIB.

La razón es que una vez transcurrida la mitad de este ejercicio, no es previsible que se consiga el objetivo de situar el déficit público a final de este año en el medio billón de pesetas. Con datos sólo hasta el mes de abril, la diferencia entre los ingresos y los gastos no financieros del Estado se ha situado ya en 425.700 millones de pesetas. En abril de 1990 la cifra era de 221.900 millones de pesetas y al final de año se acabó en 1,1 billones de pesetas de déficit.

Sobre esta base y sin que existan datos en lo que queda de ejercicio que permitan hablar de un cambio de tendencia, la estimación, según fuentes de Hacienda, es que el déficit público pueda rebasar los 800.000 millones de pesetas, lo que supondría un 1,5% del PIB, frente al 0,9% previsto en los Presupuestos.

Para 1992, reducir el déficit a cero, si en el año actual se rebasan las previsiones, supondría un presupuesto de ajuste demasiado duro y de dificil digestión para los demás departamentos, sobre todo en un año con las elecciones generales en puertas y el mercado único europeo a la vuelta de la esquina.

Ahora, los ministerios tienen que enviar a Hacienda sus previsiones de gasto, lo que se denomina carta a los Reyes Magos. En cualquier caso, la intención de Hacienda es que el Presupuesto de 1992 sea restrictivo.

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