_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Un buen principio

LA VISITA oficial a España del presidente de Brasil, Fernando Collor de Mello, interesante por muchos motivos, tiene una proyección sustancialmente económica que no la hace sencilla. Las relaciones políticas entre ambos países son excelentes, pese a que el arraigo hispanista de Brasil sea menor que el del resto de las naciones del continente. Pero es su situación económica la que no hace fácil el establecimiento de canales de cooperación y comercio entre ambos países. El comercio español con Brasil es muy deficitario.Por esta razón debe evaluarse especialmente la cordialidad con que se ha desarrollado el viaje y la aparente decisión de Madrid, contenida en el discurso del Rey en el transcurso de la cena de gala, de ayudar al país latinoamericano a superar las dificultades por las que atraviesa. Madrid, cuya vocación de actuar como puente entre Latinoamérica y la Comunidad Europea a la que pertenece es manifiesta, alienta la racionalización de las economías de los países del continente, entre ellas la brasileña. Ayer, Fernando Collor y Felipe González suscribieron el acta de bases para la elaboración de un tratado de cooperación hispano-brasileña cifrado en más de 300.000 millones de pesetas. Al hacerlo no sólo ponían los cimientos de un acuerdo financiero de trascendencia, sino que sumaban Brasil al resto de los grandes latinoamericanos con los que España ha firmado ya tratados de esta naturaleza (Argentina y Chile, entre otros). Queda mucho que negociar, lo que no será fácil con un equipo económico brasileño absolutamente inédito tras la dimisión en bloque hace una semana del que había empezado a intentar domesticar la economía de aquel país. Pero las bases están sentadas.

Brasil padece graves dificultades en materia de disciplina monetaria, de deuda exterior y de equilibrio económico interior. Tiene un agudo problema de solvencia originado en el comportamiento inflacionista de su economía -una tensión que, aunque muy dificil de neutralizar, ha sido brutalmente reducida desde el 1.000% de hace un año al 60% de ahora-. Con una capacidad de pago elevada debido a un flujo continuo de exportaciones, la deuda brasileña es, no obstante, de 120.000 millones de dólares, una de las más altas del mundo. Todo ello hace de aquel país un socio a veces imprevisible.

Los tratados de cooperación económica que ha firmado España con algunos países latinoamericanos han sido utilizados fundamentalmente para la financiación de empresas reprivatizadas. En Argentina, por ejemplo, la relación ha dado pie a la compra por Iberia de Aerolíneas Argentinas o por Telefónica de parte de la compañía de telecomunicaciones. Es decir, que el riesgo que corren los inversores españoles suele garantizarse invirtiendo capital en empresas -previamente estatales- que ya han dado señales de viabilidad y racionalización. Ello tiende a excluir la financiación de proyectos innovadores de importancia, en los que el resultado es inseguro y está sometido, como ocurre en el caso brasileño, a vaivenes legislativos graves. Las autoridades monetarias de esta república suelen imponer arbitrariamente restricciones a la repatriación de capital, con el consiguiente perjuicio para los inversores extranjeros. Ése es un tema en el cual las autoridades españolas deben asegurarse de que las brasileñas ofrecen suficientes garantías.

Por otra parte, son los empresarios españoles quienes deben contestar a la pregunta de si están capacitados para exportar no ya capital (que 300.000 millones de pesetas es cifra pequeña en una operación de este tenor), sino lo que verdaderamente necesita Brasil, la tecnología de administración de empresas. Puede que visitas como la del presidente Collor sirvan para que el capital y el empresariado españoles tomen conciencia de esta necesidad y obren en consecuencia y con mayor agilidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_