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Tribuna:FERIA DE SAN ISIDRO
Tribuna
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Los momentos estelares del toreo, según Anciones

Poco antes de que las cuadrillas hagan el primer paseíllo de la feria de San Isidro, Onésimo Anciones se acopla con sus herramientas de trabajo en su localidad de tendido bajo del 10. Puntual a su cita, San Isidro tras San Isidro, Anciones se dispone a plasmar con aguatinta desde el mismo tendido de la plaza, los momentos estelares de cada tarde de toros para ilustrar estas páginas.Anciones es el Van Gogh taurino -aunque tenga dos orejas y que Dios se las guarde muchos años-, para los que tiene suficiente sensibilidad para captarlo. A través de sus coloridos óleos que expone en estos momentos y hasta el día 28 de mayo en la madrileña galería Balboa, propiedad de Teresa Taboada, se palpa que es una visión distinta del arte de la pintura inspirada en temas taurómacos.

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La exposición de su obra es un popurrí pictórico que va desde paisajes del Retiro madrileño hasta bodegones, pasando por cuadros con escenas venecianas excepcionales en cuanto a belleza, y con una visión personal de esta ciudad, muy distante a lo que pintaron sus colegas Guardi o Canaletto, sin olvidar las mencionadas pinturas de de toros y toreros.

Anciones es uno de los últimos pintores bohemios españoles de pura cepa, especie a extinguir. Desde siempre le gustó pintar, y con esa intenciónh viajó muy joven desde Valladolid, su ciudad natal, a Francia y Alemania, y el destino quiso que se dedicara también al periodismo.

Sin embargo, a pesar de ser un auténtico bohemio, en sus cuadros taurinos es el casticismo en trazos, donde hace que la ilusión óptica pueda con todo, y con sus efectos caprichosos enganche entrelazando y fundiendo la suavidad, los colores y la belleza.

Sentimiento y libertad

Sin duda es un artista a la hora de conducir los sentimientos con libertad. Hace de la iniciativa libre su vida, y su obra es ambivalente porque Anciones va a su aire y hace siempre lo que le da la gana.

Anciones es un hombre entrañable y ha conseguido lo que muchos hubieran creído imposible. Logró acercar al escritor antitaurino Manuel Vicent a los toros, llevándole a Las Ventas; anécdota que el pintor cuenta con mucha gracia, alegando que su amigo Vicent parecía un monje sueco admirando la arquitectura de la Monumental, Pero a la vez conocía bien donde había que adquirir las almohadillas.

Hay muchos hechos curiosos en su vida. Él es un hombre sencillo, y en la inauguración de sus exposiciones, eso se puede comprobar. En estas reuniones invita siempre a una amalgama de personajes de diferentes estados sociales y económicos, que nada tienen que ver los unos con los otros; a él le gusta invitar al dueño de la taberna donde va a tomarse a diario unos chatos de vino, le encanta que en días señalados esté su amigo el quiosquero y además hace partícipe en el evento al gran aficionado Juan Brunel, al que ha pintado vestido de picader.

Onésimo Anciones es así y su pintura es el reflejo de su personalidad, es el libre albedrío alegórico por antonomasia, mezcla de templanza y honestidad, siempre dictada por su conciencia para captar los momentos fugaces de cada faena de la lidia.

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