'Espana, Espana'
La cultura española reacciona contra la iniciativa comunitaria
A Luis Buñuel ya le pasó, y le sigue pasando: se quedó en Bunuel por voluntad de quienes no escriben la eñe. Carpanta y Protasio persistían -de tarde en tarde, ay- en comerse un pollo haciendo ñam, ñam; claro que eran personajes anteriores a la Comunidad Europea (CE). El Ministerio de Cultura, la Asociación Colegial de Escritores y personalidades españolas y latinoamericanas reaccionaron ayer contra la iniciativa comunitaria, en defensa de una letra, la ene, propia de un idioma milenario nacido cerca de una ciudad que, en los ordenadores, podría llamarse dentro de poco Logrono.
La noticia de la iniciativa comunitaria se recibió el lunes en el Ministerio de Cultura. El director general del Libro y Bibliotecas, Federico Ibáñez, explica: "La directora general de Política Tecnológica del Ministerio de industria, Regina Revilla, me comunicó el problema de homologación de teclados de ordenador. que actualmente suscita un debate en la Comunidad Europea (CE) y pidió información sobre el papel de la eñe. Los fabricantes europeos dicen tener dificultades de acceso al mercado español por la inclusión de esa letra"."El Ministerio de Cultura", dice Ibáñez, "considera que la eñe es un signo autónomo en sí mismo y de frecuencia muy alta en castellano. No es un problema ortográfico. Tiene sentido en castellano y, por tanto, tenemos que defenderlo".
El director general del Libro y Bibliotecas, cuyo apellido se vería directamente afectado por los teclados sin eñe, añade (¿o anade?): "Corno primera medida, hemos consultado con expertos lingüistas, entre ellos varios académicos, para elevar un informe lo más rápido posible a la CE. Suponemos que la respuesta es de máxima urgencia, y por eso hemos recabado esta misma tarde [por ayer, lunes] un dictamen oficial de la Real Academia Española".
La Academia decide hoy qué miembros realizarán el dictamen. Gregorio Salvador, uno de los nombres que pueden elaborarlo, señala: "La CE parece que está bastante mal informada sobre los problemas lingüísticos. La eñe es una letra que tiene suficiente razón de estar en todos los países que hablan el castellano, y no vamos a pasar por el oprobio de que se tengan que cambiar el apellido las personas que lo tengan con eñe. La CE ha perdido la medida de sus propias capacidades y me imagino que los representantes españoles sabrán hacer valer que esto es inaceptable. Hace poco, la CE también dijo que lo que se hablaba en Latinoamérica no era español".
"Si Industria nos ha pedido información", dice Jesús Moreno, director del Centro de las Letras Españolas, "será porque quieran seguir las directrices de la Academia. En cualquier caso, hay que suministrar alternativas informatizables".
El director de la Real Academia Española, Manuel Alvar, afirma: "Creo que la eñe no se debe quitar de los ordenadores porque es nuestra tradición y también un signo de nuestra identificación".
Y se pregunta: "Además, ¿qué inconveniente hay en que un ordenador tenga uria ene?, ¿Y qué piensan hacer con la cedilla francesa?". Respecto a si el Ministerio de Cultura ha pedido que la Academia se pronuncie, Manuel Alvar contesta: "Cultura no nos ha pedido todavía ningún informe oficial".
El académico más joven, Pere Gimferrer, afirma no tener una opinión formada al respecto. "Ni siquiera sé manejar un ordenador", dice. "De todas maneras, hay otros signos que atañen a un solo país, como la cedilla francesa, que no creo que desaparezcan".
'Qué coños'
El lingüista, profesor y escritor Agustín García Calvo -precisamente su penúltimo libro publicado tiene en el título una eñe: Qué coños- manifiesta: "No sé, si prospera la cosa, cómo se llamará ese libro mío. En general, si la iniciativa abarca sólo a los ordenadores y no pasa a la impresión, no veo tanto motivo de preocupación". García Calvo sitúa lingüísticamente la eñe: "No sé si es de conocimiento común que la eñe no es más que la ene dotada de una tilde, que servía para representar el sonido nn. No es, por tanto, una originalidad estrepitosa de la que los españoles debamos vanagloriarnos. El recurso normal de la CE hubiera sido acordar una grafía común a todas las lenguas que poseen ese sonido".
"Lo único que se ve en este proyecto", continúa García Calvo, "es esa pedantería que trata de vendernos conceptos como Europa, unificación y otros así. Tras anécdotas tan insignificantes como ésta de la eñe, se nos pretende dar la apariencia de que estamos reduciendo diferencias dialectales en el seno de Europa y consiguiendo así que los ordenadores hablen una lengua común".
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, desde Londres, no puede reprimir la carcajada, pero no se toma a broma la cosa: "Es una decisión completamente absurda, basada en argumentos especiosos que sólo pueden llevarnos a terminar hablando un esperanto. Me parece que el asunto es motivo suficiente para movilizarse. Yo estoy dispuesto a salir a manifestarme. No es simplemente una ene con una rayita encima. Es un sonido que tiene soberanía, que expresa un matiz muy claro, venido del fondo de una lengua que está entre las principales de cultura del mundo. Si hay una forma de expresión humana libre, por encima de toda censura, es la lengua. Por ello creo que la eñe va a sobrevivir. Pero si hace falta movilizarse, hay razones".
Javier Marías, escritor y traductor, juzga la iniciativa: "Es absurda y me parece ridícula, pero no por patriotismo ni nada por el estilo, sino por la restricción que supone a que cada cual escriba lo que quiera. Yo no he utilizado jamás un ordenador, pero sí la máquina de escribir, y lo que me gusta es que tenga absolutamente de todo: desde el acento circunflejo hasta la cedilla. Lo que no entiendo es que se quieran quitar letras ¡con lo fácil que es añadir teclas y que los ordenadores sean más completos cada vez! Insisto en que me parece una majadería el que quieran suprimir y unificar, cuando lo lógico sería lo contrario: no quitar, sino poner más".
Un sonido autónomo
El escritor Juan Benet considera que la extinción de la eñe es difícil. "Sobre todo en España", dice, "donde aparece en el nombre del país. Más fácil sería adecuar los teclados de los ordenadores. Me parece muy grave depender de una maquinaria universal que no tiene en cuenta las características locales. La eñe corresponde a un sonido perfectamente autónomo, tan completo como la ene, y la prueba es que en otras lenguas europeas la eñe tiene que ser sustituida por gn, ny o nh. Si la CE la suprime, debería hacer lo mismo con las vocales nórdicas con diéresis o barras, con la cedilla francesa, la umlautt alemana... Yo no pienso dejar de usar la eñe, igual que no pienso en hacer esa barbaridad de escribir en castellano Cataluña con ny".
Andrés Sorel, portavoz de la Asociación Colegial de Escritores, responde: "Me parece una medida totalmente arbitraria, porque hay que respetar las características de cada lengua y de cada cultura, sean expresadas en lenguas mayoritarias o minoritarias. Es aberrante y absurdo ordenar la expresión escrita, y además un atentado contra la libertad de expresión y contra las diferencias idiomáticas de cada país". Y resume: "Nuestra asoelación estará totalmente en contra de esa decisión".
La vía del humor parece de momento lógica, pero el asunto no es para tomárselo a cona y se plantea hace tiempo en los medios de comunicación. Sin ir más lejos, sintomáticamente, este artículo está escrito en un ordenador cuyo acceso al sistema no admite la letra eñe, a la que califica de "error sintáctico".
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