Un Bangladesh devastado cuenta ya 50.000 muertos tras el ciclón

Uno de los países más pobres y más poblados de la tierra, independiente desde hace sólo 20 años, ha quedado devastado por la mayor catástrofe natural de la última década. El ciclón que barrió el lunes la costa oriental de Bangladesh ha causado decenas de miles de muertos. De momento, las autoridades han contabilizado 50.000, pero reconocen que el cómputo final elevará esta cifra por encima de los 100.000. El maremoto que siguió al ciclón ha inundado las tierras y arrasado viviendas, y la mayor preocupación estriba ahora en evitar la epidemia de cólera. Aunque con retraso, la comunidad internacional comienza a reaccionar para paliar los efectos de la catástrofe.

Los equipos de auxilio tropiezan con graves dificultades para asistir a los supervivientes, sin agua potable y en pésimas condiciones higiénicas. Los helicópteros no pueden aterrizar en las zonas afectadas, inundadas por el maremoto. Entre las zonas más devastadas está la isla de Maheshkali, donde fallecieron unas 11.000 personas, y que se encuentra casi completamente sumergida bajo las aguas, que llegaron a subir hasta seis metros sobre su nivel normal. El ministro de Información, Oli Ahmed, declaró ayer que más de 10 millones de personas han perdido sus casas y enseres. Las inundaciones mantienen todavía anegadas 10 islas en la bahía de Bengala, así como ciudades costeras.Entretanto, la comunidad internacional ha comenzado a movilizarse para acudir en ayuda de Bangladesh. Diversos países han desbloqueado fondos para tal fin y otros se disponen a hacerlo. La Comunidad Europea (CE) anunció ayer el envío urgente de alimentos y medicinas por valor de 1.300 millones de pesetas. Estados Unidos, más generoso, ha movilizado una ayuda de emergencia de 2.200 millones de pesetas, fundamentalmente en medicinas.

Bangladesh, la antigua provincia paquistaní de Bengala, quedó también destrozado en 1970 a causa de otro ciclón que provocó más de 200.000 muertos. Actualmente está gobernado por una mujer, la begum Jaleda Zia, de 43 años, que accedió al poder tras el asesinato de su marido, el presidente general Zia.

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