Técnicos franceses cambian la pieza del acelerador de Zaragoza
Ingenieros franceses de General Electric desplazados a Zaragoza iniciaron ayer la reparación del acelerador lineal de electrones del hospital Clínico. Los técnicos no se limitaron a sustituir los fusibles causantes de los fallos del 5 de diciembre y 26 de marzo, sino que cambiaron totalmente la pieza que controla la energía y dirección del haz y cuya avería ha causado la muerte de al menos tres enfermos, según informó el director territorial del Insalud, Alberto Larraz, al presidente de la Unión de Consumidores de Aragón, José Enrich. El Insalud no ha anunciado cuándo volverá a funcionar el acelerador. De los nueve pacientes ingresados en el Clínico por problemas derivados del tratamiento de radiaciones con el acelerador, uno fue dado de alta ayer, aunque el hospital no quiso dar datos del enfermo.Según explicó Larraz a Enrich en una entrevista mantenida ayer, la distorsión originada por las dos averías en el acelerador está provocando que algunos pacientes del Clínico ni siquiera acepten someterse a ecografías. Enrich coincide con otros sectores consultados por este periódico en que se empieza a producir una "avalancha" de denuncias no relacionadas con el periodo de disfunción del aparato.
José Enrich explicó que fuentes del Clínico le aseguraron que el pasado 5 de diciembre un técnico de General Electric se encontraba revisando la bomba de cobalto cuando fue avisado "por una mujer" de la existencia de una avería en el acelerador. Siempre según esas fuentes, el técnico realizó una primera reparación ese mismo día para volver a terminarla el día 7 del mismo mes, después de la fiesta de la Constitución. "Al parecer no lo apuntó en en libro de averías por considerar que se trataba de una chapucilla", afirma Enrich. "Este técnico advirtió al hospital posteriormente que el medidor de intensidad estaba bloqueado en 36 MeV, pero aseguró que no tenía importancia'', añade. En el informe elaborado por el Consejo de Seguridad Nuclear después del 20 de diciembre consta que los indicadores de energía marcaban 36 MeV, mientras que las teclas de selección indicaban 7,10 y 13 MeV.
Jordi Craven, presidente de la Asociación Española de Radiología, ha afirmado que además de un error humano hubo "negligencia" en la comunicación interna del hospital y ha lamentado que Sanidad no informara oficialmente del caso hasta que se produjo la primera víctima, porque él se lo sugirió "personalmente al Ministerio nada más conocerse la avería".
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