Israel rechaza el intercambio de paz por territorios
El Gobierno israelí expresó ayer su desaprobación de las propuestas formuladas el miércoles por el presidente de EE UU, George Bush, en la medida en que suponen un arreglo pacífico del conflicto con los árabes basado en la entrega de territorios ocupados. "Tenemos divergencias con Estados Unidos sobre este principio. Nosotros decimos: dennos la posibilidad de discutir con los países árabes vecinos sin condiciones previas" manifestó el ministro de Asuntos Exteriores israelí, David Levy. En su primer discurso después de la victoria militar de la coalición multinacional sobre Irak, Bush señaló, al referirse a la solución del problema palestino, que "una paz global debe ser construida sobre las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y sobre el principio de paz por territorios".
La resolución 242 fue adoptada en 1967, cinco meses después de la guerra de los seis días entre Israel y los países árabes, y exige esencialmente la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados en ese conflicto, el fin del estado de beligerancia y el respeto de la soberanía e independencia de cada Estado de la región. La número 338, de 1973, adoptada durante la guerra de Yom Kippur, pide que las partes apliquen la resolución 242 después de alcanzado el alto el fuego.Ayer, Levy manifestó: "Es impensable que Israel resuelva el llamado problema palestino mientras los Estados árabes sigan en guerra con nosotros. Es necesario actuar paralelamente en las conversaciones, sin condiciones previas con los Estados árabes y con la población de Judea-Samaria [Cisjordania]".
El presidente israelí, Jaim Herzog, invitó a Estados Unidos a usar su influencia para convencer a los árabes de que negocien directamente con Israel. En unas declaraciones publicadas ayer por el periódico francés Le Monde, Herzog declaró: "El tiempo de los intermediarios ha pasado".
Las afirmaciones de Bush, que según medios oficiales de Tel Aviv no contienen nada nuevo y expresan una postura ya conocida de la actual Administración norteamericana, han sorprendido sin embargo al Gobierno israelí. Éste esperaba que la visita del secretario de Estado norteamericano, James Baker, tuviera como objetivo "estudiar la situación tras la guerra del Golfo", y no fuera para presionar".
Socorro, llegan los norteamericanos, es el título irónico con el que un periódico hebreo expresaba el nerviosismo de los medios gubernamentales israelíes ante la visita de Baker.
El embajador de Israel en Washington, Zalman Shouval, comunicó a Jerusalén que Baker esperaba oír "nuevas ideas' sobre la reactivación del proceso de paz. ¿Nuevas ideas?. Incluso las viejas -la inciativa de paz israelí de mayo de 1989, a las que el primer ministro, Isaac Shamir se aferra con todas sus fuerzas- no genera unanimidad en el seno del Gobierno israelí. Las divergencias en el Gabinete son profundas.
Los 'halcones'
El ministro Levy ha intentado ampliar esta iniciativa de paz, ponerla al día. Shamir no lo permite. Los ministros halcones -entre ellos Ariel Sharon- quieren enterrar esa propuesta que "abre la puerta a un Estado palestino", según el titular de Ciencias, Yuval Neeman. En la última reunión del Gabinete israelí, Sharon exigió que se arrinconara la citada iniciativa porque no acepta la actitud tradicional de Israel de entablar negociaciones bilaterales con cada Estado árabe sin condiciones. Shamir considera que Israel debe poner condiciones antes de una negociación.Esas condiciones son, entre otras: los Estados árabes deben reducir su armamento, cuantitativa y cualitativamente, hasta alcanzar el nivel de armamento de Israel; deben aceptar el principio de no beligerancia con el Estado hebreo; Arabia Saudí debe comprometerse a financiar la solución del problema de los refugiados palestinos; los países árabes deben comenzar un proceso de democratización interna, antes de que sean posibles conversaciones de paz. Las discusiones del Gabinete israelí proseguirán el domingo -Baker llega el lunes- pero la mayoría de. los observadores dudan de que sea posible encontrar un denominador común de las posturas de los ministros halcones y de los moderados.
Entre tanto, la colonización judía prosigue a ritmo acelerado en la Cisjordania ocupada. Dos diputados revelaron un plan detallado de construcción de 24.000 apartamentos suplementarios en casi todas las localidades judías, de Kiryath-Arba a Ariel. El proyecto prevé que la población israelí aumente en 80.000 personas entre este año y el próximo. Si el plan de construcciones se cumple, a finales de 1992 vivirán 200.000 judíos en los territorios ocupados.
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