Envases buenos, envases malos
Optar por las botellas de vidrio retornable es otra forma de defender el medio ambiente
Es cierto que no se puede, de la noche a la mañana, cambiar los hábitos de consumo, pero sí que se puede intentar ser más consciente de las consecuencias medioambientales que las decisiones personales de compra acarrean.En este sentido, se deben escojer los envases retornables, con la botella de cristal como el más ecológico. A continuación, de mejor a peor: los tetrabriks, las botellas de plástico sin PVC, las latas de conserva convencionales, las botellas de PVC... y lo peor de todo: las latas para refrescos tipo coca-cola. En Dinamarca están prohibidas desde 1981. En estos momentos, al menos 25 países consideran adecuar su legislación en este sentido. Mientras, en España, no hay ninguna regulación al respecto.
El problema es que, además, esta latería tipo coca-cola es extremadamente costosa de fabricar, en términos de energía y materia prima (aluminio, generalmente). Una lata supone unos costes medioambientales elevados: minería, energía para su fundición, agua dedicada a los procesos industriales... En resumen, la transformación de un puñado de rocas en ese pequeño recipiente de usar y tirar que es una lata de refresco supone uno de los mayores derroches medioambientales.
Devolver el 'casco'
El sistema basado en la devolución del casco resulta un planteamiento de lo más ecólógico y extremadamente eficaz a la hora de distribuir alimentos envasados con un bajo coste de energía y materias primas.En cuanto a los modernos tetrabriks, en sus diversas modalidades, constituyen un tipo de envase indudablemente ingenioso para contener líquidos, con unas características de coste ambiental bastante equilibradas. Su composición (cartón cubierto de delgadas capas de polietileno, más una hoja fina, interior, de aluminio) hace que sea el tipo de envase más ligero: menos de 30 gramos para contener un litro de líquido, lo que abarata los costes de transporte y reduce el consumo de materias primas de una manera significativa. Sin embargo, presentan un problema: esta misma composición dificulta el reciclaje. En contrapartida, arden bien y producen una notable cantidad de energía, caso de ser destruidos en un horno.incinerador de basuras... Atribulados por estos pros y contras, los expertos en ecoconsumo todavía no han sabido situarse definitivamente a favor o en contra de los tetrabriks, cada vez más utilizados.
Según un estudio canadiense, la vida en una gran ciudad moderna ,"no puede considerarse medioambientalmente bien resuelta por sus organismos responsables" hasta que la totalidad de sus ciudadanos no cuente "con los canales necesarios para reciclar fácilmente los siguientes materiales: periódicos, cualquier tipo de papel, cartones, vidrio, metales, maderas, restos de comida, aceites usados, algodón, plásticos y gomas...". Ello empieza por separar convenientemente la basura en nuestras propias casas.
Los madrileños debemos seguir exigiendo a nuestras autoridades municipales y autonómicas todavía muchas mejoras que faltan para la ciudad verde.
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