"El Corán no es un libro de guerra"
"El Corán", dice el erudito judío André Chouraqui, "no es un libro de guerra; es uno de los más hermosos poemas de la humanidad, y SU mensaje central es la paz, el salam árabe, que tiene la misma raíz que el shalom hebreo". Pese al rugido de las armas en Oriente Próximo, este septuagenario sigue combatiendo por el ideal de su vida: la reconciliación de las religiones monoteístas. André Chouraqui es el único pensador que, a partir de las versiones originales más antiguas, ha traducido a una misma lengua, la francesa, el Antiguo Testamento, los Evangelios y el Corán.JAVIER VALENZUELA
Chouraqui se ha puesto serio. Mantiene el brillo contagioso de sus Ojos, pero la sonrisa socarrona ha desaparecido de su rostro. "Lloro lágrimas de sangre por el martirio del pueblo palestino", dice en su piso de] parisiense levar André Maurois, su segundo lugar de anclaje tras la casa que construyó hace tres décadas en Jerusalén. El integrismo, añade Chouraqui, "es el resultado de la desesperación, de lo que mi amigo Taliar Ben Jelloun llama 'la humillación de los árabes y musulmanes'. Son los dictadores árabes los que con sus obsesiones guerreras, sus gastos suntuarios y, su represión han provocado esa humillación".
Pregunta.- Por qué ha traducido el Corán.
Respuesta. Me parecía natural hacerlo tras haber traducido la Biblia y los Evangelios. El Corán se sitúa en línea recta en la herencia de Abraham, Moisés, Jesús y todos los profetas y apóstoles judíos. Recuerde además que Yo nací en Argelia, en una familia hebrea totalmente inmersa en el mundo árabe. La vida de los judíos en los países árabes era tina maravilla al lado de la que conocían en los países cristianos.
P. De las tres religiones monoteístas, `cuál le parece más imperialista?
R. La cristiana. Los cristianos han perseguido a los judíos, han organizado cruzadas contra los musulmanes y finalmente han colonizado los países árabes y destruido así la convivencia que en ellos existía entre judíos y musulmanes. Me escandaliza que los españoles quieran ahora beat1ficar a Isabel la Católica. Es increíble presentar como ejemplo a los jefes de Estado contemporáneos a una mujer que expulsó de su país a los árabes y a los judíos.
P. Por qué el Corán tiene tan mala prensa en Occidente"
R. Porque se lo desconoce. Occidente no descubrió el Corán hasta 1143, cinco siglos después de su aparición, gracias a Pedro el Venerable, un abad de Cluny que visitó Al Andalus. Él ordenó su primera traducción al latín. Pero esa traducción fue un acto de guerra: se trataba de demostrar que Mahoma era un impostor. Occidente se ha basado hasta hoy en esa traducción colonizadora y deformada.
P. ¿Cómo ve usted el Corán?
R. Es uno de los más fabulosos poemas de la humanidad. Es una chispa de Alá en la tierra, y Alá es el Adonai Elohim de los hebreos, el Padre al que se dirigía Jesús, la fuente única de toda vida, la matriz de la creación.
P. ¿No le parece un libro de guerra?
R. No, qué barbaridad. La famosa palabra yihad, a la que hoy se le da el sentido exclusivo de guerra santa, designa en el Corán el esfuerzo personal de lucha contra los demonios interiores. En el Corán, el sentido bélico de yihad es sólo defensivo, frente a agresiones exteriores.
P. ¿Qué tienen en común los tres libros sagrados que usted ha traducido?
R. Los tres testamentos dicen la misma cosa: shaloin, salam, paz. Corresponden a distintas épocas y distintas culturas, pero los tres proclaman que los hombres son hermanos y que el mundo ha sido creado por el Dios único.
P. ¿Por qué entonces los herederos de Abraham no cesan de matarse entre sí?
R. Los hombres hacen de cualquier bandera un arma de guerra. Judíos, cristianos y musulmanes han traicionado los textos sagrados, los han usado para degollarse. Será así hasta que los hijos de Abraham no cambien sus miradas y restablezcan su unidad.
Solución Ben Gurion
P. Usted mantiene excelentes relaciones con todos los papas desde Pío XII, pero reprocha al Vaticano su no reconocimiento de Israel. Ve en esa actitud un injusto castigo colectivo a los judíos por la crucifixión de Jesús. ¿No le parece que Israel castiga a los palestinos por el holocausto, un crimen que no cometieron?
R. No, en absoluto. Las desdichas de los palestinos son la culpa de sus dirigentes. A diferencia de los israelíes, los dirigentes palestinos no quisieron aceptar el plan de partición de Tierra Santa propuesto por la ONU en 1948. Desde entonces su objetivo es destruir a Israel. La prueba es que Arafat toma ahora el partido de Sadam.
P. ¿Cree usted que es posible la paz sin un Estado palestino?
R. No. Yo pienso que los palestinos deben tener su propio Estado, pero no uno que sólo piense en arrojar a los judíos al mar. La solución ideal me parece la propuesta por Ben Gurion: la confederación de los pueblos israelí, palestino y jordano.
P. ¿Y Jerusalén? Le parece justo que una de las tres religiones, la judía, controle en exclusiva la Ciudad Santa?
R. Esa es una necesidad que se impone por la situación de guerra. Jerusalén será siempre la capital de Israel, pero también podría ser la de esa confederación propugnada por Ben Gurion.
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