Bush equipara los cambios en Latinoamérica y en el Este
El presidente norteamericano, George Bush, equiparó ayer "los extraordinarios cambios políticos y económicos" de América Latina a los de Europa Orienta¡ y pidió la colaboración de los países latinoamericanos para impedir la proliferación de armas en el hemisferio. En su primera reacción a la situación en Argentina, adonde debe llegar mañana, el presidente Bush manifestó que no pensaba alterar sus planes.
"Tengo gran confianza en la seguridad [de Buenos Aires] y ningún pensamiento de cambiar mis planes", declaró Bush al comienzo de una entrevista entre las delegaciones brasileña y norteamericana en el palacio presidencial de Planalto. Momentos antes, un portavoz presidencial había manifestado que la Casa Blanca estaba observando atentamente la situación en Argentina.Bush, que inició ayer una gira por cinco países suramericanos con una visita de poco más de 24 horas de duración a Brasil, mantuvo una reunión a solas con el presidente brasileño, Fernando Collor de Mello, el primer presidente elegido por voto directo en 29 años, antes de encabezar una reunión posterior de las delegaciones de los dos países.
En su conversación privada, ambos mandatarios discutieron los problemas bilaterales entre Estados Unidos y Brasil, la cuestión de la deuda externa brasileña -la más alta del mundo, con un total demás de 114.000 millones de dólares-, la situación en el golfo Pérsico y el proyecto de Iniciativa de las Américas, lanzado en junio por el presidente norteamericano con el Fin de conseguir una integración a largo plazo de todos los países del hemisferio en una zona de libre comercio que abarcaría desde Alaska a la Tierra del Fuego.
Relaciones comerciales
Los dos principales obstáculos en la normalización de las relaciones bilaterales comerciales, la transferencia de tecnología de supercomputadores y la venta de productos farmacéuticos norteamericanos en el mercado brasileño, que envenenaron las relaciones entre los dos países durante las presidencias de Ronald Reagan y José Sarney, están en camino de ser resueltos.
En el primero de los temas, Washington se ha negado hasta ahora a autorizar la transferencia de tecnología de computadores a Brasil por temor a que fuera utilizada en el desarrollo y fabricación de armamento nuclear y balístico.
El acuerdo firmado el pasado 28 de noviembre en Foz de Iguazú por los presidentes Collor y Menem, por el que Brasil y Argentina se comprometen a utillizar sus programas nucleares sólo con fines pacíficos, y a ratificar la versión latinoamericana del tratado de no proliferación de armas nucleares puede inducir al Congreso norteamericano a levantar la prohibición actual.
En una alocución ante las dos Cámaras del Congreso brasileño, Bush alabó el reciente acuerdo entre Collor y Menem y aprovechó la ocasión para pedir a los países del hemisferio occidental que constituyan "un modelo para la seguridad, la estabilidad y la paz".
"Asegurémonos juntos que este hemisferio permanece unido para evitar la proliferación en el mundo de armas nucleares o de nuevos y más peligrosos proyectiles balísticos", dijo.
En el tema de los productos farmacéuticos, los laboratorios norteamericanos se han negado sistemáticamente a vender sus productos más avanzados en Brasil por no existir en este país una ley de propiedad intelectual que proteja las patentes norteamericanas. Brasil ha propuesto a Estados Unidos un plazo de tres años con el fin de que la industria local pueda adaptarse a la competencia, pero Washington insiste en que el pago de royalties por patentes en la industria farmacéutica deberá ser inmediato.
Bush dedicó una gran parte de su discurso ante el Congreso de Brasilia a cantar las alabanzas del sistema de economía de mercado frente al intervencionismo estatalista, y de su Iniciativa de las Américas, basada en la liberalización del comercio, la promoción de las inversiones y la renegociación de la deuda gobierno a gobierno que los países latinoamericanos tienen con el de Washington.
Las deudas gubernamentales, que ascienden a 12.000 millones de dólares, són sólo una parte minúscula de la deuda exterior de estos países, principalmente contraída con los bancos comerciales. "Cuando nos disponemos a celebrar el V centenario del descubrimiento de las Américas por Colón y de la llegada de Amílcar Cabral a Brasil, ha llegado el momento de marcar el rumbo para el Nuevo Mundo, un rumbo de libertad, democracia y prosperidad", dijo Bush.
El presidente norteamericano manifestó que "el Nuevo Mundo debe embarcarse en una nueva aventura para el siglo venidero: la creación del primer hemisferio totalmente democrático en la historia de la humanidad".
Pero Bush advirtió a Brasil y al resto de los países latinoamericanos que las reformas económicas y políticas necesarias "no serían fáciles" y que "el cambio sería doloroso".
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