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Bertolucci, a las puertas del cielo

Hoy se estrena en España la película basada en la novela 'El cielo protector', de Paul Bowles

Ha vuelto a hacerlo. Bertolucci, aquel rojo italiano que comenzó realizando películas militantes, casi artesanales, en los sesenta y acabó en los ochenta dirigiendo El último emperador, donde consiguió meter 20.000 extras dentro del objetivo de la cámara, además de nueve oscars y todo el éxito del mundo, no ha podido evitar hacer una nueva superproducción. Esta vez, trasladándose a África, al Sáhara, ha puesto en imágenes la novela de Paul Bowles El cielo protector. Es una historia de desamor, tema habitual en su cine y que llevó hasta los límites del paroxismo con El último tango en París. Protagonizada por dos actores de primera: Debra Winger y John Malkovich, se estrena hoy en Madrid y mañana en Barcelona.

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"Estaba en China rodando El último emperador cuando el productor Jeremy Thomas me propuso: '¿Por qué no llevamos al cine la novela de Paul Bowles El cielo protector?'. Yo le contesté: 'Bien, porque quiero volver a una historia intimista", ha dicho Bertolucci. Cuatro años más tarde, el cineasta tiene lista su película, aunque con pequeñas diferencias con el proyecto original: la historia "intimista" se ha transformado en una superproducción de 20 millones de dólares -alrededor de 2.000 millones de pesetas-, rodada durante seis meses en Marruecos, Argelia, Níger, y además, tras conocer a Paul Bowles, la química entre ambos funcionó de tal manera que el propio escritor interviene en el filme como narrador.El cielo protector cuenta, en el tono habitual de Paul Bowles -o sea, como si no pasara nada, e incluso, a veces, exasperadamente distante-, el viaje de tres norteamericanos a Tánger y al Sáhara: un matrimonio, Kit y Port -encarnados por Debra Winger y John Malkovich-, y un amigo de ambos, Tunner -interpretado por Campbell Scott.-

Bowles escribió su novela en 1947 y, desde la década siguiente, se convirtió en mítica para muchos, tanto que el cineasta Robert Aldrich compró los derechos y, aunque no pudo rodarla en vida porque nadie quiso producírsela, su hijo no cejó en el empeño y fue quien contactó con Thomas y Bertolucci.

"Pensé que el libro hablaba de algo universal: dos personas que se aman desesperadamente y que no pueden ser felices juntas", ha dicho Bertolucci. Aunque, lo que más le convenció fue que "hay mucho de autoblográfico, del propio Bowles, en la novela". Con el objetivo de contar "la vida real de Paul y Jane Bowles", el cineasta se marchó a Tánger, donde reside el escritor, y le convenció de que participara en la película como narrador.

"Tenía miedo de hacer una película literaria y se me ocurrió que la solución estaba en convertir a Bowles en narrador de su propia novela", dijo, y lo ha hecho, Bertolucci, que se quedó "fascinado" cuando conoció al escritor. Tanto que afirmó: "No sé si El cielo protector será un gran libro, pero lo que sí se es que Bowles es un gran hombre y un monumento existencial ambulante".

De todas formas, El cielo protector, de Paul Bowles, no refleja literalmente su vida ni la de su esposa, Jane. Él había estado en África en los años treinta, y luego, tras escribir El cielo protector, volvió con su mujer a Tánger a comienzos de los cincuenta. Ninguno de los dos ocultó nunca su bisexualidad. Paul Bowles hoy octogenario, pero aún cultivando el misterio, ha afirmado al verse en la película: "Yo no me había incluido en el libro, así pues ¿quién era aquella persona que estaba mirando? Pero Bertolucci me dijo: 'Eres tú, estás mirando tu vida pasada'. Cree que El cielo protector es autobiográfica, y a los actores les dijo que se trataba realmente de mi vida y la de Jane. No podía negarlo con éxito, así que desistí".

Pero Bertolucci impregnó tanto la película de la sensación de contar la vida de Paul y Jane Bowles que John Malkovich ha afirmado que se "creía Port/ Paul", y Debra Winger se metió tanto en la piel de Kit que, finalizado el rodaje, se quedó viviendo tres meses en el desierto y sólo acampafiada de tuaregs.

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