_
_
_
_
JORNADA UNIVERSITARIA DE FELIPE GONZÁLEZ

Un día en la Universidad

El presidente del Gobierno habló de alta política en su reunión con alunmos y profesores

CHARO NOGUEIRA La transición española, el valor de la democracia como conquista permanente y las perspectivas del futuro mundial tras Ia crisis de los modelos de referencia" centraron la conferencia que pronunció ayer el presidente del Gobierno, Felipe González, ante más de 500 estudiantes de la Universidad Carlos III, ubicada en la localidad madrileña de Getafe. Felipe González, que dedicó el día completo a la visita universitaria, hizo pocas referencias a los problemas cotidianos. "Se le ha pasado hablar de la milí", comentó después de más de una hora de oyente el estudiante Julián Díez.

El rector de la Universidad Carlos III, Gregorio Peces-Barba, esperaba al jefe de Gobierno a las 12.30 horas. El ex presidente del Congreso llevaba su bastón rectoral recién estrenado. "Los alumnos y los profesores tienen que estar informados de la realidad", así explicaba la presencia de González en el campus. Le acompañaba el secretario de Es tado de Universidades e Investigación, Juan Rojo.

Más información
"La crisis del Golfo ha venido a aguar la fiesta"
González cree grave la división entre el apoyo político y el rechazo social al envío de la flota

Minutos después llegó el presidente del Gobierno. Felipe González visitó ayer la más joven de las universidades madrileñas -ahora inicia su segundo curso- para inaugurar un cielo de conferencias sobre temas de actualidad en el que intervendrán otras figuras destacadas de la vida española.

Los estudiantes contemplaban divertidos la actividad de los periodistas. "¿Has visto qué pasada de guardaespaldas?", preguntaba un estudiante a otro.

Felipe González, traje y corbata oscuros, llegó acompañado por el ministro de Educación, Javier Solana. Se dirigió al aula magna para pronunciar una con ferencia para la que empleó no tas redactadas en la misma mañana. Negó que se tratara de una "clase magistral".

La sala se llenó rápidamente. Anteayer ya no quedaban invitaciones disponibles, a pesar de que se habían hecho más de 500. "Yo vengo por el morbillo", comentaba Elena Pérez, alumna de Empresariales. Los estudiantes tenían curiosidad por lo que el presidente pudiera decir en su charla. Los alumnos, que no se pusieron en pie, le recibieron con una leve ovación.

El rector Peces-Barba aprovechó las palabras de saludo para pedir la ayuda de González a fin de que el Ministerio de Defensa desaloje rápidamente los cuarteles que servirán de sede a la Universidad en Leganés.

El Golfo y Gibraltar

Felipe González comenzó su intervención hablando del "sueño" que hace años suponía la reforma de cuarteles en universidades y recordando su antigua amistad con Peces-Barba.

Ante un auditorio que se mostró respetuoso en todo momento, el presidente afirmó que "la universidad debe ser muy rigurosa y exigente", y recordó sus visitas a universidades como la norteamericana de Harvard o la sueca de Uppsala, en compañía del desaparecido Olof Palme.

Se refirió también a la crisis del Golfo y mostró su preocupacion por saber cuánto apoyo tiene en la sociedad la política que lleva a cabo el Ejecutivo en relación con la crisis. "Creo que se han acabado todos los modelos referenciales. Esto es un desafío que exige más relativismo intelectual", afirmó Felipe González.

González, repasó todos los problemas de la alta política e incluso mostró públicamente su confianza en el retorno de Gibraltar a la soberanía española "dentro de un plazo de tiempo razonable".

"¿Dentro de cuanto tiempo?", se preguntó en voz alta el presidente. "No tenemos mucha prisa", dijo, "pero dentro del actual proceso de unidad europea, dificilmente podrá ocurrir otra cosa", explicó.

La cita de la huelga de los camioneros, debida parcialmente a la subida del petróleo, fue una de las escasas referencias que hizo el presidente a problemas cotidianos. Como el tiempo apremiaba -estaba prevista una intervención de media hora, pero se duplicó-, el presidente expuso sus conclusiones, refiriéndose en ellas al ligazón entre los destinos de España y Europa.

Enfatizó el presidente en la necesidad de "rigor y exigencia" en la universidad. En ese marco, defendió la selección, sin avalar por ello la actual selectividad. Aseguró que "lo contrario es profundamente reaccionario porque favorece la mediocridad".

La intervención de la mañana se cerró con un turno de preguntas, protagonizado por cinco estudiantes, aunque fue durante la tarde cuando el diálogo cobró mayor protagonismo.

Tras almorzar en privado con Gregorio Peces-Barba y otros representantes académicos, el presidente del Gobierno departió durante largo rato con los profesores y alumnos de doctorado congregados en el aula magna.

Ante ellos habló con tono distendido y respondió preguntas de contenido político y otras de carácter más personal, como su dedicación a la vida pública. "Algunos padecemos haciendo política y otros disfrutan", dijo "Algo que nos salva a los que padecemos es intentar mantener la coherencia con uno mismo", señaló. A los profesores, con los que conversó en un tuvo un tono más directo que en el del coloquio de la mañana con los alumnos, los animó estar preparados adecuadamente para competir con las universidades privadas.

Los alumnos le preguntaron por cuestiones tan dispares como el futuro de Gibraltar, del socialismo y la fortaleza de la peseta. Al final, los estudiantes quedaron satisfechos con la intervención del presidente, si bien alguno, como José Luis Peñaranda le daba un 10 en oratoria y un 4 en contenidos. "A veces no sabes lo que dice, pero el caso es que lo dice muy bien", apostillaba la también estudiante Begoña Martínez Salinas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_