Los científicos, pesimistas sobres sus investigaciones para evitar la muerte de delfines
Los científicos que estudian las causas de la muerte de más de 250 delfines listados en el litoral mediterráneo español desde el pasado agostó afirman que, en caso de tener éxito sus investigaciones, será tarde para salvar la vida de estos cetáceos. La epidemia que los afecta subraya la contaminación de un mar que recibe cada año un tercio del petróleo que se derrama en todos los océanos del mundo y 60.000 toneladas de detergentes. En los precedentes que hay de una epidemia semejante -en la costa este de EE UU en 1987, en el golfo de México y en Normandía (Francia) en 1.989-, nunca se averiguaron las razones.
Alex Aguilar, director del departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona, expllca que primero hay que aislar el virus, fase en. la que se trabaja actualmente, y después, si se logra, identificarlo "lo que exigirá un mínimo de seis ineses". Aguilar afirma que los órganos de los delfines más afectados por el virus son Ios pulmones y ganglios linfáticos y, en menor medida, el cerebro y el hígado.También destaca que la población de delfines sigue bajando, según se deduce de las observaciones realizadas por los heli9ópteros de lcona. El biólogo catalán señala que en la epidemia de la costa este de EE UU Ilegaron a las playas más de 2.000 delfines muertos y que la que afectó a las focas del Mar del Norte acabó con el 91% de ellas".
El virólogo Joan Plana, de los Laboratorios; Sobrino de Gerona, coincide con Aguilar en que los resultados que se obtengan "servirán sólo para explicar lo ocurrido". "Actualmente trabajamos sobre dos ejemplares y tanto la presencia del virus como la naturaleza de las lesiones celulares que causa tendrá que ser confirmada mediante estudios de microscopía electrónica, aunque no se podrá aventurar nada hasta finales de ines", dice.
Aislar el virus
Pese a todo, Plana confía en lograr aislar el virus y comprobar "si es el que causa la muerte o está en combinación con otros agentes". En este sentido, señala la hipótesis de que "una vez encontrado el virus se le pueda relacionar antigénicamente (virus de proteínas similares) con otros agentes virales presentes en mamíferos terrestres, apuntando así la posibilidad de que los delfines hayan sido infectados por éstos". Aunque se trata de una probabilidad muy remota, ya que los delfines viven en alta mar, Plana recuerda que Ias focas del Mar del Norte habían sido infectadas por el morbilivirus de los perros".El equipo de investigadores españoles descarta dos de las hipótesis barajadas en un principio sobre la muerte de los cetáceos. Los análisis realizados hasta ahora a 40 delfines procedentes de las costas valencianas, 35 de Cataluña y dos de Baleares niegan que hayan muerto por la ingestión de algas intoxicadas y que sea la contaminación del Mediterráneo su única causa.
Alta contaminación
Sobre este punto, los investigadores españoles señalan que la contaminación sólo habría reforzado los efectos del virus al debilitar el sistema inmunológico de los cetáceos. Los cadáveres de los delfines contienen un altísimo nivel de policlorobifenilos (PCB). En concreto, según Alex Aguilar, "842 ppm (partes por millón) de promedio y 2.800 ppm en el caso máximo, cuando la concentración de PCB para una persona es grave a partir de 70 ppm". El parasitólogo Antonio Raga, de la Universidad de Valencia, añade: "Hasta ahora hemos encontrado un importante número de parásitos en los pulmones de los animales examinados. También hernos hallado la presencia de restos de materiales plásticos en el sistema digestivo".Los especialistas españoles están en contacto con expertos de Holanda, Reino Unido y EE UU. Uno de ellos, el investigador norteamericano Joseph Geraci, de 52 años, llegó la semana pasada a España. Geraci destaca la complejidad del problema que afecta a los delfines y recuerda que también los mamíferos marinos afectados por una epidemia semejante en la costa este de EE UU presentaban altas concentraciones de compuestos tóxicos en sus órganos. La suerte de los delfines listados del Mediterráneo español está echada y la única esperanza de los científicos es que su propia naturaleza los inmunice de una muerte segura.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Animales laboratorio
- Residuos tóxicos
- Impacto ambiental
- Oceanografía
- Mamíferos marinos
- Política ambiental
- Especies acuáticas
- Residuos
- Saneamiento
- Contaminación marítima
- Salud pública
- Contaminación
- Mamíferos
- Investigación científica
- Equipamiento urbano
- Política sanitaria
- Animales
- Protección ambiental
- Problemas ambientales
- Sanidad
- Urbanismo
- Fauna
- Especies
- Salud
- Medio ambiente