Japón toma el relevo del protagonismo alemán en la Feria del Libro de Francfort

Ayer fue fiesta en Alemania. Se celebraba la recién estrenada Fiesta de la Unidad, y Francfort amaneció con aspecto de domingo. No puede decirse, sin embargo, que fuera día de descanso en la Feria de Libro. En su primer día de actividad, el inmenso recinto feria fue escenario de los habituales intercambios entre editores. No en vano en esta feria se cierra un 80% de los contratos editoriales. Quién ha roto el fuego este año de una manera espectacular, con permiso del protagonismo alemán, ha sido Japón, al que está dedicada una gran exposición en la que se han reunido algunos de los primeros textos impresos en aquel país. El pabellón español ha sido reorganizado para dar cabida a 150 editores. Otros 150 participan en la feria con casetas individuales.

El país asiático ha levantado en el recinto de la feria un espectacular Centro Japonés en el que se exhibe la exposición Japón, antes y ahora, que abarca el pasado el presente y el futuro del país. El pasado llega hasta los primeros textos japoneses del siglo VIII y muestra los sutras budistas Hyakumanto Darani, considerados los textos impresos más antiguos. El futuro, evidentemente, apuesta por la tecnología punta del país, que incluye los libros electrónicos.La espectacular exposición japonesa se complementa con varios actos que se celebran durante estos días en distintos escenarios de Francfort. Representaciones de kabuki, conciertos de música tradicional, exposiciones de fotografía y caligrafía y rec¡tales poéticos se alternan con una serie de encuentros literarios que tienen al autor Kenzaburo Oe como principal protagonista. Oe participa hoy en un interesante debate sobre literatura con otro autor destacado de la feria, Günter Grass, uno de los alemanes que ha alzado su voz contra la reunificación, Grass, que presenta en la feria un curioso libro de carácter ecologista, Toten Holz (que podría traducirse como Madera muerta y que el autor ha definido como "una metáfora de la situación alemana"), será pronto novedad en España con la publicación de Una unificación insensata (Ediciones EL PAÍS), donde expone sus opiniones de disidente ante la euforia de la unidad alemana. "Soy partidario de una unidad desde abajo y no desde arriba, que es lo que se ha hecho", dijo ayer a este respecto Grass.

Preparativos españoles

El año próximo, España sucederá a Japón como tema central de la Feria del Libro. Ante esta próxima perspectiva no es de extrañar que ayer desfilaran por el Centro Japonés diversas personalidades españolas, quizás para tomar nota de lo que ésta significa. El director general del Libro, Juan Manuel Velasco; la directora del Centro del Libro y de la Lectura, Carmen Lacambra, y el director del Centro de las Letras, Jesús Moreno, visitaron también los 300 metros cuadrados del pabellón montado por el Gremio de Editores Españoles.

Federico Ibáñez, presidente de la Federación de Gremios, tenía interés en matizar el descenso de la presencia española en la feria, de la que ha informado la organización de la misma. "Lo que hay", manifestaba Ibánez, "es un cambio de concepto en el pabellón español. La diferencia está en que antes el pabellón era sólo una exposición de libros de toda las editoriales y ahora, en cambio, hemos pasado a racionalizar la caseta en tres grandes zonas".

Las tres zonas en cuestión abarcan una sección de información inmediata, u posición general por temas y una última parte, la mayor, dedicada a los editores para que cada uno de ellos pueda mostrar lo que tiene. Esta reestructuración ha hecho que ahora haya unas 150 empresas representadas en el pabellón de España y otras 150 en casetas individuales, mientras que antes había unas 400. "Antes", precisa Ibáñez, "había editoriales en la caseta a las que en realidad no les interesaba estar representadas. Ahora, en cambio, la distribución es más racional".

Debido a un cambio general en la estructura de la feria, el pabellón español se halla este año en un espacio que comparte con Francia y los países de habla española. La feria, que estará abierta a los profesionales hasta el próximo lunes, se abrirá al público en general entre mañana y el domingo.

Los editores españoles presentes en la feria empezaban ayer a tener sus. agendas repletas y mostraban su optimismo ante los primeros contactos. Es pronto, sin embargo, para concretar, aunque todos confían en atar a algún autor de prestigio. En cualquier caso, como dice Felisa Ramos, de Destino, "en Francfort siempre es interesante estar, como mínimo para ver las caras de aquellos con quienes has estado tratando por fax todo el año". Entre los ya contratados, antes incluso de Francfort, cabe citar Inshala, de Oriana Fallaci, por parte de Plaza y Janés. La Fallaci, por cierto, está presente en la ciudad, aunque rehuye el contacto con la prensa. Otros dos libros que al parecer ya han sido contratados por editoriales españolas son el nuevo Le Carré y el libro infantil de Rushdie.