La Reina inaugura en Varsovia el Concurso de Piano Federico Chopin

La reina doña Sofla inauguró ayer como invitada de honor el 122 concurso de música Federico Chopin, que se prolongará hasta el 20 de octubre en la capital polaca. Durante sus tres días de estancia en Polonia, asistirá a la apertura de una exposición de cuadros de pintores españoles en la ciudad de Lodz y visitará un instituto de enseñanza media de Varsovia en el que este año se han dedicado aulas a un programa ampliado de español como lengua extranjera.El principal punto de la agenda de ayer de doña Soflia fue la inauguración de la exposición Viaje romántico de Frederic Chopin y Georges Sand a Mallorca, de que es presidenta de honor.

La Reina llegó al mediodía al aeropuerto militar de Varsovia, donde fue recibida por los organizadores del certamen pianístico, la más prestigiosa prueba mundial para los jóvenes intérpretes de las obras de Chopin. En esta edición del concurso parficípan 125 pianistas de 30 paises, entre los cuales no figura ningún español.

Por la tarde, el presidente de Polonia, Wojciech Jaruzelski, que patrocina oficialmente el concurso, ofreció un almuerzo en honor de doña Soflia. A las ocho de la tarde fue recibida como principal invitada en la Filarmónica Nacional de Varsovia, donde asistió al concierto inaugural del concurso.

Dos horas antes, doña Soria había inaugurado la exposición sobre el viaje de Chopin y Sand a Mallorca. La colección de objetos relacionados con aquella visita fue traída desde Valldemosa (Mallorca) por la propietaria, Margarita Ferrá Boutroux, y por su hija Rosa Caplionch Ferrá, que se encargaron personalmente de transportar los objetos y de cubrir los gastos relacionados con su traslado.

En Varsovia se exponen 60 de los objetos que alberga la colección en la celda número 2 de la cartuja de Valldemosa, todos ellos relacionados con la estancia en Mallorca del compositor y de su amiga íntima, la escritora gala Georges Sand, entre diciembre de 1838 y febrero de 1839. La exposición presenta no sólo objetos de gran valor para los historiadores de la música, por ejemplo manuscritos de obras musicales (especialmente preludios) de Chopin, o bien cartas a amigos, sino que intenta al mismo tiempo reproducir el ambiente de la época al ofrecer acuarelas, dibujos y litografias.