Solchaga advierte que aumentará el paro si los salarios crecen por encima del 5% en 1991

El Gobierno aprobó ayer unos Presupuestos Generales del Estado para 1991 de signo claramente restrictivo. Los gastos aumentan por debajo del crecimiento previsto de la economía, y el déficit público se reduce al 0,9% del PIB, el porcentaje más bajo de los últimos años. El cuadro macroeconómico se presenta también en un marco de ajuste a la baja, con un crecimiento de la demanda que se reduce al 3,2%. La inflación prevista por el Gobierno es del 5% y el déficit por cuenta corriente supondrá el 3,9% del PIB. El Gobierno espera conseguir estos objetivos aunque los salarios crezcan por encima del 5% recomendado. En caso contrario, la consecuencia sería un aumento del paro.

Los objetivos de inflación para 1991 (5%) y de déficit por cuenta corriente (3,9% del PIB) se conseguirán aunque los salarios crezcan por encima del 5% (5,8% con deslizamientos). El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, expresó ayer así su convencimiento de que el ajuste en materia de rentas se producirá por el empleo, es decir, las empresas reducirán plantillas e invertirán menos si los salarios rompen el tope del 5%.Solchaga realizó estas declaraciones durante la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 1991, que ayer aprobó el Gobierno y envió a las Cortes para su debate y aprobación antes de que acabe el año. Este presupuesto es el menos expansivo de los últimos años, ya que el gasto público crece un 6,5%, dos puntos por debajo del crecimiento nominal estimado de la economía (8,9%).

Por el contrario, los ingresos no financieros superan en crecimiento este porcentaje (10,4% sobre el presupuesto de 1990), lo que arrojará un déficit del 0,9% del PIB, el más bajo desde el año 1980 (2,6%). Según Solchaga, este esfuerzo es consecuencia de la reducción del gasto ya que los ingresos crecerán en 1990 por debajo de lo presupuestado.

El ajuste en materia fiscal tiene como objetivo completar el esfuerzo en política monetaria. Según Solchaga, la previsión para este año es que el crecimiento del crédito no supere el 10% y, "en este caso, el Gobierno decidirá de aquí a final de año si se levantan las restricciones".

La desaceleración del crédito es consecuencia de la continua caída de la demanda, efecto a su vez de las medidas de enfriamiento económico que, según Solchaga, "están dando resultados positivos". Según el cuadro macroeconómico aprobado ayer por el Gobierno, el crecimiento de la demanda interna se reducirá a más de la mitad (desde el 7,7% en 1989, al 5,2% este año y al 3,2% el año próximo).

Estas medidas han producido también un efecto positivo en la inflación y el déficit por cuenta corriente, según el ministro, aunque el impacto de la crisis del Golfo ha perjudicado la reducción de estos dos desequilibrios sobre todo el exterior. Así, el Gobierno estima que la inflación será este año del 6,7%, un punto por encima de lo previsto, y para el año próximo sitúa el objetivo en el 5%. La crisis tendrá, pues, un mayor impacto sobre el déficit exterior que, según las previsiones del Gobierno, pasará a restar el 3,7% del PIB en 1989 y se elevará al 3,9% en 1991.

Estos objetivos se conseguirán, según Solchaga, aunque los salarios pactados en los convenios crezcan por encima del 5% (5,8% con deslizamientos) recomendado por el Gobierno. "Si se supera este aumento, las empresas ajustarán sus plantillas", afirmó Solchaga. Ello afectará al empleo que, incluso con unos salarios al 5% de aumento, moderará su crecimiento al 1,9% en 1991, frente al 2,8% estimado para este año.

Los beneficios empresariales, que el año que viene reducirán su participación en las renta nacional, "no pueden ser controlados por decreto, aunque sí se están estudiando medidas con la CEOE, para casos sectoriales concretos y para ver si son posibles acuerdos con los trabajadores de forma que aumenten menos los salarios a cambio de que una parte de los excedentes empresariales no se distribuyan y pasen a reservas", afirmó Solchaga.