_
_
_
_

Una mediocre parodia de 'El padrino' inauguró anoche el 38' Festival de Cine de San Sebastián

El director, Andrew Bergman, demuestra en 'El novato' excesiva dependencia de los tópicos

Mal comienzo, anoche en el teatro Victoria Eugenia de esta edición, que todos coinciden en considerar crucial, del festival donostiarra. Los festivales de cine acostumbran con buen criterio utilitario a inaugurar su . sección oficial con una obra de prestigio, que provoque o estimule la noticia. Pero aquí se eligió el filme norteamericano El novato, cuyo único alcance es que en él actúa Marlon Brando, pero esta vez empequeñecido hasta la insignificancia por la mediocre parodia de su memorable creación en El padrino que se ve forzado a hacer. La presencia M joven actor Matthew Broderick no pudo llenar el vacío de la ausencia de Brando.

Se dice aquí que los organizadores de San Sebastián 90 guardan las cinco o seis buenas películas -y si es así no son pocas- que han conseguido atraer a su llamada para días venideros, pues prefieren, dada la escasez de gran cine, comenzar por abajo para ir subiendo el tono a medida que el festival avanza.De otra manera no se entiende que lo hayan inaugurado con El novato, filme torpe, sumamente inexperto, que discurre casi exclusivamente sobre el atractivo de la presencia de Marlon Brando parodiando a su propia y ya legendaria composición del personaje del viejo mafioso neoyorquino Corleone en el filme de Francis Ford Coppola El padrino.

Pero traer esta película para inaugurar un festival internacional de cine sólo tendría sentido en el caso de que hubiera sido el propio Brando quien la avalara con su presencia, cosa inimaginable si se tienen en cuenta las peculiaridades de este actor, siempre poco proclive a este tipo de escaparates, y menos ahora, cuando está sufriendo un grave drama familiar en el que su hijo Christian juega en la vida el papel de un personaje homicida.

Obra parasitaria

Sin el anzuelo de Brando en persona esta película sobra no sólo en este festival, sino en cualquier pantalla. Es El novato una obra parasitaria y torpona, una comedia mal construida desde abajo, desde su confección y su escritura, y no mejor acabada por arriba, por el lado de sus imágenes, que son pobres, tópicas, carecen de ajuste recíproco y en ellas están mal buscados y peor decididos tanto el lugar de la cámara como el tiempo de duración, o ritmo interior, de las tomas.

Marlon Brando, que debió aceptar esta tarea de parodiarse a sí mismo por juego o por mal cálculo, deja ver tras unas escenas en las que actúa con alguna (no mucha) convicción una evidente desgana, esa apatía que les sale a relucir a los intérpretes de talento cuando se dan cuenta de que su esfuerzo no está adecuadamente atrapado por la cámara. Y Brando se marcha de la película empleando la rutina como caparazón defensivo.

Las gracias del filme son sólo verbales: algún que otro chiste o alguna que otra réplica ágil, que abren un porvenir más optimista para Andrew Bergman como dialoguista que como guionista y director, terrenos en los que este joven aspirante a cineasta está todavía bastante verde, aunque conseguir que Marlon Brando actúe rematadamente mal en alguna de las escenas finales de El novato no deja de ser, por lo difícil, todo un mérito.

Pasto del olvido

Por suerte, El novato está aquí fuera de competición, lo que nos libra del deber de hablar de nuevo de él. Lo que importa, los filmes en concurso, comienzan a proyectarse hoy, quedando lo de ayer para pasto del olvido.

El Festival Internacional de Cine de San Sebastián presenta en su selección oficial 17 películas procedentes de 15 países.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_