Chamorro fracasa en su deseo de que México condone a Nicaragua la deuda externa

La presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro, fracasó en su intento de conseguir la condonación de la alta deuda externa contraída en años pasados por el país centroamericano con México, aunque la dirigente nicaragüense, en su viaje de nueve horas a este país el pasado martes obtuvo una renegociación en mejores condiciones y la reincorporación de su país al Pacto de San José. El propósito de Violeta Chamorro en su visita a México era el de hablarle al corazón del Gobierno mexicano para que comprendiese las condiciones especiales en las que Nicaragua había acumulado una deuda de casi mil millones de dólares con México y pedir un trato preferencial de las autoridades mexicanas a la vista de las difíciles circunstancias económicas por las que atraviesa Nicaragua.

Promesas

Pero lo único que obtuvo la presidenta nicaragüense en su reunión con su homólogo mexicano, Carlos Salinas, fue la promesa de que en el plazo de 30 días se iniciará una negociación para determinar condiciones más ventajosas para el pago del débito acumulado durante el Gobierno sandinista, con el que México mantuvo unas relaciones privilegiadas.Una alta fuente oficial mexicana que participó en las conversaciones informó que "México no puede permitirse el lujo de dar lo que le falta para su pueblo", y añadió que "lo único que el Gobierno mexicano está dispuesto a hacer es trasladar a sus deudores el mismo trato que ha recibido de sus acreedores".

El Pacto de San José

La presidenta Chamorro se llevó al menos en su cartera la garantía de que Nicaragua podrá volver a participar en el Programa de Cooperación Energética para Países de Centroamérica y el Caribe, conocido como Pacto de San José, que da a sus miembros un tratamiento privilegiado para el envío de petróleo que extrae México.Antes de abandonar México, Violeta Chamorro y todo su séquito acudieron a orar ante la Virgen de Guadalupe -"mi virgencita, la verdadera presidenta de mi corazón"-, a la que pidió fuerzas para resistir los graves peligros que amenazan la paz y la democracia en Nicaragua, amenazada otra vez por una nueva huelga general, que fue convocada por el sindicato sandinista.