Las Fuerzas Armadas de Argentina intervienen en la huelga telefónica

Las Fuerzas Armadas de Argentina intervinieron el jueves por la tarde en la huelga telefónica, cuando los soldados ocuparon los puestos de los trabajadores en la central internacional de Buenos Aires, para tratar de restablecer el servicio, que lleva varios días interrumpido por un conflicto laboral.La intervención militar, solicitada por la dirección de la compañía Entel, que el próximo 8 de octubre debe asumir la Telefónica de España, desencadenó en Argentina una fuerte polémica, en medio de un clima social cada vez más tenso por las subidas de precios, que en agosto superaron el 15%, sin que los salarios se incrementen al mismo ritmo. La huelga de Entel es sólo un anticipo de lo que le espera a Telefónica, cuando se haga cargo de la mitad de la compañía que ganó en licitación internacional.

A Iberia no parece que le vayan a ir mucho mejor las cosas con la adquisición del 30% de Aerolíneas Argentinas. Al mismo tiempo que se encona el conflicto de Entel, la venta de Aerolíneas a las líneas aéreas españolas y, a un grupo de inversores argentinos no deja de provocar, casi a diario, titulares de escándalo. La operación se parece cada día más a una partida de mus en la que cada uno de los contendientes parece tratar de ganar al otro defarol. El Estado argentino no parece capaz de conseguir el perdón de los bancos internacionales acreedores de Aerolíneas. Iberia y los suyos no han pagado el efectivo exigido y han depositado un aval del Banco Hispano Americano en Nueva York, en espera de recibir la entrega de la empresa.

El elemento desencadenante del conflicto de Entel es salarial: la discusión del convenio colectivo. El conflicto se agudizó y se pasó a la huelga, que fue declarada ¡legal por el Gobierno. Los empleados no se presentaron al trabajo y la dirección de Entel inició los despidos, lo que agravó más la situación. En la tarde del jueves, operadores militares ocuparon los asientos ante las computadoras en la central internacional de Buenos Aires, en medio de las mofas de las empleadas, que les increpaban y se burlaban de la impericia de los soldados en el manejo de las máquinas.

La polarización provocada por el conflicto laboral y la inminencia de las privatizaciones plantea una situación muy dificil para las empresas españolas que han adquirido participaciones en Entel y Aerolíneas. Lo que para los inversores españoles se planteaba como un negocio fácil puede convertirse en un infierno. En los medios de comunicación hay cada vez más chistes xenófobos hacia los gallegos, como se llama a los españoles en Argentina.