Sadam Husein asegura a Bush que no planea atacar
El presidente iraquí, Sadam Husein, aseguró ayer en una carta abierta a su homólogo norteamericano, George Bush, que no entra en sus planes atacar a EE UU, pero que la retención de los ciudadanos occidentales es una "medida preventiva para evitar males mayores". Sadam hizo caso omiso del mensaje que le había dirigido horas antes el presidente egipcio, Hosni Mubarak, para que retire a sus fuerzas de territorio kuwaití y evite a los árabes "una guerra destructora". Entre tanto, Washington intenta conseguir que la ONU respalde el uso de la fuerza para imponer el bloqueo a Irak.
Sadam Husein insistió en su mensaje en que las tropas norteamericanas se encuentran en el Golfo para defender sus propios intereses, y advirtió contra las consecuencias de invadir los Lugares Santos del islam. Esa presencia militar "podría dar lugar a un conflicto de repercusiones mundiales", informa desde El Cairo Angeles Espinosa.Entre tanto, su ministro de Exteriores, Tarik Asís, pedía en Jordania a Estados Unidos la apertura de "un diálogo sincero", y hacía hincapié en que los occidentales retenidos por su Gobierno "no son rehenes", sino "invitados", que pueden contribuir con su presencia a "evitar una sangrienta guerra", informa desde Amman Georgina Higueras.
[Estados Unidos rechazó la propuesta iraquí de discusión de la crisis del Golfo, señaló que se trataba de "la retórica" habitual de Bagdad, y reiteró que toda negociación pasaba por una retirada total e incondicional de Kuwait, informa France Presse].
Hosni Mubarak repitió una vez más ayer la postura oficial de su país respecto a la crisis del golfo Pérsico: retirada de Irak, restablecimiento legítimo en Kuwait y anulación de la anexión.
El régimen de Bagdad extendió ayer a los franceses su amenaza de internamiento en instalaciones vitales. Según un portavoz del Parlamento iraquí, esta medida se tomará si Francia, participa con Estados Unidos en imponer el bloqueo contra Irak". París ya había anunciado anteayer el traslado de 33 franceses residentes en Irak y Kuwait a destinos desconocidos.
Estados Unidos concentró ayer su artillería diplomática en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en un intento de conseguir la bendición del Consejo de Seguridad para la intercepción por la fuerza de buques con cargamento iraquí mientras que Washington y Bagdad continuaban su despliegue militar con el envío del más moderno equipo bélico a la zona del Golfo.
Durante todo el lunes, los cinco miembros permanentes del Consejo -Unión Soviética, Reino Unido, Francia, China y Estados Unidos- mantuvieron reuniones informales en la misión francesa a petición del embajador norteamericano, Thomas Pickering, para discutir un proyecto de resolución, en el que EE UU solicitaba el visto bueno de la organización internacional a la intercepción de navíos sospechosos de comerciar con Irak. El pasado domingo, Bush autorizó a la Marina norteamericana el uso de "fuerza mínima" para detener a los buques iraquíes, especialmente petroleros, que intentaran burlar las sanciones comerciales aprobadas por el Consejo de Seguridad en la resolución 660.
De acuerdo con estas órdenes, los destructores Reid y Bradley dispararon varios tiros de advertencia a dos petroleros iraquíes que navegaban en el Golfo de Omán con un cargamento de petróleo con destino a Yemen. Los petroleros iraquíes continuaron su marcha haciendo caso omiso.
[Yemen desmintió anoche que uno de esos petroleros hubiera descargado en Adén, como aseguraban otras fuentes, lo que hubiera representado la primera clara violación del bloqueo, informa France Presse].
En la madrugada del martes, el Consejo de Seguridad decidió aplazar sus discusiones sobre la resolución nortemericana al anunciar el represente yemení, Abdalá Saleh al Ashtal, que Yemen respetaría el embargo contra Irak impuesto por la ONU y se negaría a descargar el petrolero iraquí. Sin embargo, el embajador Pickering presionó para conseguir una reunión oficial del Consejo a lo largo de la tarde-noche de ayer para votar la resolución.
El proyecto sometido por EE UU "hace un llamamiento a todos los países que están desplegando fuerzas marítimas en la zona para que empleen la fuerza mínima que consideren necesaria bajo la autoridad del Consejo de Seguridad para comprobar los cargamentos y el destino de la navegación marítima y para asegurar el cumplimiento estricto de las medidas relativas a la navegación marítima contenidas en la resolución 660".
Ante las dificultades encontradas para conseguir que el Consejo de Seguridad sancione la conversión del embargo comercial en bloqueo, principalmente por la oposición de China, que como miembro permanente tiene derecho a veto, EE UU parece haber renunciado a su pretensión inicial de colocar las fuerzas navales desplegadas por varios países en el Golfo bajo el pabellón de la ONU. Ahora sólo pretende un paraguas o luz verde de la ONU para que los países actúen individualmente en la puesta en vigor del bloqueo.
Washington y Londres han dejado claro que sus barcos procederán a la intercepción con o sin bendición de la organización internacional. Ambos se apoyan en el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y en la petición hecha en ese sentido por el Gobierno legítimo de Kuwait.
Misiles y cazas invisibles
Dos noticias relativas al envío de nuevo material bélico a la zona por parte de Washington y de Bagdad incrementaron ayer la tensión internacional y los temores de un conflicto caliente en el Golfo. EE UU envió a Arabia Saudí 20 de los 56 cazas invisibles F-117A de su arsenal, capaces de penetrar las defensas enemigas sin ser detectados y de operar con toda eficacia en la oscuridad. Fuentes del Pentágono han confirmado también que varios cazas F-18, el más moderno de la fuerza aérea, serían enviados a Arabia saudí.
Según informaciones de la prestigiosa revista militar Janes confirmadas ayer por el general de la fuerza aérea saudí Turki ben Nasser, Irak ha enviado a Kuwait sus 36 lanzadores móviles de misiles de fabricación soviética Scud que, con un radio de cerca de 500 kilómetros y con capacidad de disparar proyectiles con carga química, pueden alcanzar desde el emirato ocupado la capital petrolera saudí de Dahran y destruir las instalaciones saudíes en la costa oriental del Golfo Pérsico. El general ben Nassser, en declaraciones hechas al pool de periodistas del Pentágono desplazados a Arabia saudí, confirmó una información publicada ayer por The Washington Post, según la cuál las fuerzas iraquíes se habían desplegado en un arco en torno a la ciudad de Kuwait y que Bagdad había ordenado una fortificar las playas del emirato.
Por su parte, el secretario de Defensa de EE UU, Richard Cheney, que ayer declaró que "aún es posible una solución pacífica", prometió a los saudíes que el presidente Bush trataría de conseguir la oportuna autorización del Congreso para vender 24 nuevos F-15 a las fuerzas aéreas del reino wahabí.
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